23 de febrero de 2011

Carta a un Mundo

Querido Mundo,

Dos mujeres mueren a manos de sus maridos. Y otras tantas que no salen en las noticias pero que estarán siendo maltratadas mientras yo escribo esta carta.

Nueva Zelanda tiembla, se caen sus edificios y sus ciudadanos mueren atrapados entre los escombros.
Mientras, el mundo árabe arde a la vuelta de la esquina.

Que Allah esté con ellos.


¿Pero qué le está pasando al mundo?

Yo no quiero un mundo así.


Edurne (Edi)

19 de febrero de 2011

Carta a un Viaje

Querido Viaje,

Te miro y me pregunto dónde estás mientras miras al frente. Sentado a mi lado, miras a un punto en concreto y sé que has emprendido un viaje eterno. No entiendo dónde has ido, en qué pensarás, a qué mundo habrás viajado. Sé que estés donde estés, estás más cerca de lo que nos iremos tú y yo cuando nos levantemos de aquí. Cogeremos aviones distintos hacia lugares distintos. A empezar una nueva vida, o una vida diferente al menos. Nosotros, los de entonces, no seremos los mismos. Mírame, aunque sé que no lo harás. No mientras yo te esté mirando. Me mirarás cuando yo baje la mirada y decida centrarme en lo que tengo de frente, entonces cuando creas que no me doy cuenta, me mirarás. Si alguna vez me ves por ahí, invítame un café, y después haz lo que quieras conmigo. Aunque ahora es suficiente con mirarte, con tenerte a mi lado y jugando con nuestras piernas a rozarse como si casualidad fuese. Pero qué lejos estás...

***

No, no dejes de mirarme. Crees que no te miro y sin embargo observo cada uno de tus movimientos. Será normal enfadarse y echarse de menos. Los dos sabemos que ese día llegará. Dos aviones separarán dos destinos y éste 'algo' que hay entre nosotros. Dos aviones romperán un nosotros. Aquí te tengo sentada a mi lado, quisiera saber cuándo será la próxima vez que te tenga a mi lado. Cuando te miro, respiras más deprisa. Si tú respiras, yo respiro. Hasta que tu pierna se toca con la mía, entonces mi respiración se corta. Sabes que el día que echarnos de menos duela llegará. No te enfades. Los dos sabemos que llegará ese día. Mientras tanto, mirémonos, hagámoslo mientras el otro crea que no se está dando cuenta. Y si un día nos encontramos, entonces mírame a los ojos. Ya no será necesario hacerlo de forma discreta, no harán falta discrecciones. Estarás cerca. Al igual que ahora. Estás tan cerca...



Edurne (Edi)

14 de febrero de 2011

Carta con un Repelús

Querido Repelús,

Sabe Dios el repelús que me entra con los días señalados, como el de hoy. Grandes Almacenes inventó un día para que todas aquellas parejas compren sendos regalos tales como flores o bombones, y demuestren así que quieren al contrario. Quienes no lo hagan estarán tachados de irromanticos e insensibles. No es que esté en contra de este día porque no tengo a nadie a quien regalar o que me regale flores o bombones, o al menos en lo que llevo de día nadie se ha pronunciado. Creo que si hay que demostrar amor y ser detallista, hay 365 días (en ocasiones 366) para demostrarlo.

***

Te dejé ir. Y por qué narices lo hice, me pregunto yo. Pude haber recorrido hacia atrás los pasos que anduve mientras me alejaba, y sin embargo preferí no mirar atrás y controlar mi impulso. Así, sin darme cuenta, te fuiste. Aún hoy pienso que mi móvil sonará o que un día llamarás a mi puerta y abriré y te encontraré de frente, aunque sé de sobra que nada de eso ocurrirá jamás.

Pero hoy, tengo ganas de levantarme. Si hoy no puedo respirar no es porque tú te hayas llevado mi aliento, y si mi temperatura es bastante elevada hoy, tú no tienes nada que ver. Sí, es cierto, te echo de menos. Miro a cada rincón de mi vida, de mi día a día, y te veo ahí. Te veo en cada cosa, en cada ropa, en cada risa, en cada sol o lluvia. Aún creo que cuando me pasa algo divertido luego reirás conmigo al contartelo, o que cada problema tendrá su solución cuando te lo cuente.

Cuando pienso en ti, me siento más fuerte, más decidida, más acertada. Incluso lo que escribo cobra sentido. Aún en la distancia, eres parte de mí. Me gusta saber que estás bien, me gusta saber que eres feliz y que todo te sonríe. En definitiva, me gusta saber que existes.

Lo malo de cuando conoces a alguien, es que un día toca decir adiós para siempre. Puede que la clave esté en que jamás te conocí del todo, jamás conocí tu persona todo lo que se podía conocer. Por eso, jamás nos tocará despedirnos; porque en cada palabra o cada mirada, nos estaremos conociendo un poco más. Y ese conocernos, nunca tendrá fin.

Edurne (Edi)

12 de febrero de 2011

Carta a un catálogo

Querido Catálogo,

Pues será que me he vuelto loca.

Fue un día duro, el de hace unos días me refiero. Duro no es la palabra, fue, difícil. Volvía de clase, y pensaba en lo más relevante que había ocurrido durante ese día. Nadie recuerda los momentos irrelevantes.

No lo entiendo, entre esos recuerdos estaba esa chica. Esa a la que juega cada mañana a pasar su catálogo para elegir ropa. No sólo eso, pasa catálogo para elegir el coche en el que le llevará su chófer a clase. O es probable que pase catálogo para elegir set de maquillaje o peinado. Pasa cátalogo para decidir lugares afrodisíacos o países lejanos con capitales que ni sabía que existían para ir en las próximas vacaciones. Y pasará las hojas del catálogo del caro restaurante al que ir a comer cada día. Quizás ella misma sea parte de un catálogo de alguien que la quiera para una hora en cualquier hotel de media estrella.

Y mirando por la ventana del autobús, ese incómodo cachibache que me lleva y me trae cada día a clase, superando atascos y accidentes, compañeros de asiento gordos y grandes que hacen que me clave en los costados el marco de la ventana, que roncan o huelen mal, que me obligan a llevar la chaqueta puesta por falta de espacio para quitármela, y mi mochila en mis rodillas; pensé. Pensé en cuánto tiempo hace que me pongo ese jersey beige para ir a clase, en por qué no busco una tarde y me compro unas botas que conjunten y no se estén rompiendo como las mías. Pensé en por qué no le dedico tiempo a mi escaso pelo en hacerme un peinado decente y diferente. También pensé en cuándo iré a a ver a mis sobrinos, a mi abuela, a mi hermana, a mis primos, a tantos... El lugar para verles no es tan elegible. Para comer, bocadillos de tortilla de ayer de la cafetería de la uni.

Continué pensando. Yo no tengo ningún catálogo dónde elegir. Porque qué importa en qué medio ir a clase lo que importa es que voy a clase, y qué importa cuánto tiempo tiene mi jersey beige si con él y con mis botas he recorrido medio mundo y he pasado mil aventuras llevándolos. Mi pelo, el de siempre, el natural, y mi cara, la de siempre también, nada de maquillaje barato que me haga parecer acartonada. Y no importa el lugar en el que vea a mi familia y amigos, mientras les vea. Los bocadillos, siempre bien acompañados.

Bueno, lo admito. Sí tengo un catálogo. Tengo un catálogo enorme, lleno de momentos, risas, fotos, bromas, compañeros, amigos... y os aseguro, que es realmente difícil quedarme con uno sólo. Me pregunto si quien tiene más de uno, tiene uno como el mío.

Será que me he vuelto loca.

Pero ni necesito ni quiero más catálogos.
¡Con él soy feliz!

Edurne (Edi)


[FOTO]: Algunos de esos momentos del catálogo, de ayer concretamente. Encontradme, como a Wally.






4 de febrero de 2011

Carta a 1/5

Querido 1/5,

Nunca estuve ahí. Pero bien sabéis vosotros, compañeros, que aunque hubiese estado yo jamás contaría las cosas como realmente ocurrieron. Contaré lo que recuerdo dándole la magia que solo yo sé darle.

Era el 4 de Febrero de 1991 las 22'00h de la noche, y mientras mi madre partía patatas en el pasillo de casa, un líquido le recorrió las piernas hacia abajo. Había roto aguas. Corriendo hacia la clínica en coche. Mi padre entró y le dijo a la chica de recepción una frase que le perseguirá toda su vida: "Creo que mi mujer está de parto". ¿CREO? ¡Pero si se veía mi cabecita! Momentos después, vine al mundo.

Sí compañeros, sí. Hoy el mundo celebra que hace 20 años comenzó mi existencia. Anoche fue raro acostarme sabiendo que cuando despertase tendría un año más. Aunque teóricamente, ¡aún me queda hora y media!

Algunos agradecen cada día lo que ocurrió hace 20 años, agradecen que yo esté en este mundo. Otros en cambio juran por mi existencia, pero qué le vamos a hacer, todos necesitamos enemigos para poder apreciar, si cabe, más a los amigos.

La primera en felicitar.... ¡Libe! Por mensaje al móvil, y por red social... ¡Denisse! Desde Suecia concretamente. Mis orejas.... puess.... ya estaba Victor para machacármelas, siempre tan fino y delicado él. SMS, mensajes en redes sociales... ¡¡de todo tipo de felicitaciones!! Ha sido un día MUY grande. Aún estoy a la espera de una llamada procedente de Los Ángeles, espero que cuando suceda no se me haya acabado la batería del móvil, tanto mirar a ver si tengo algo nuevo se me está gastando. Atención a la felicitación más sorprendente: ¡la de Evax! Sí sí, la de las compresas. En fin.


Es cierto que está siendo un cumple genial, se han acordado muchas personas, algunas sé que lo harán en lo que queda hasta que acabe el día. Aunque echo de menos una felicitación, de alguien que sé que jamás me volverá a felicitar por mi cumpleños, ni cuando apruebe mi doctorado, ni cuando me case, ni cuando sea madre, ni... Simplemente porque hace ya unos pocos meses que se fue. Ya no llegaré de clase a la hora de comer y mi madre no me dirá "Ha llamado tu abuela, pero estabas en clase, llámale tú."


¿Hacer un resumen de mis últimos años de vida? Para eso existe mi blog, en donde en la medida de lo posible he contado 1/5 de mi vida. ¡Ah! Es que quiero decir que he vivido 100 años, es un número muy cortito al pronunciar.



Edurne (Edi)


PD: La foto es mi propia ecografía cuando yo era un feto.
PD: Os cuento un secreto: Hoy me he dormido por primera vez en el autobús de vuelta de la uni. Ya durmiendo por los rincones, la edad...