31 de mayo de 2011

Carta a un Precio

Querido Precio,

Hace días me preguntaban cuánto me habían costado mis zapatillas. Sí, llevo zapatillas de imitación y con cualquier billete me sobra dinero para comprarme otras. "Qué triste" pensó quien me lo preguntó. Las suyas sí son auténticas, y hacen falta más billetes para comprarse otras.

Aunque ese no es el precio. El precio de esas zapatillas es un maltrato, una vejación, una violación, una explotación infantil, una vida en un suburbio de un país que ni colocamos en el mapa, un abandono escolar, un secuestro, una enfermedad sin curación, un embarazo prematuro, una prostitución obligada, una adicción a drogas, un documental ignorado, una desnutrición, una orfandad, y un largo etcétera. Pero quién sabe, quizás le paguen 1€ al mes a ese niño que ha tenido que abandonar la infancia para hacerse hombre demasiado pronto.

Me quedo con mis zapatillas de imitación, a pesar de que se sigan pagando precios tan altos que no aparecen en ninguna etiqueta.


Edurne (Edi)

28 de mayo de 2011

Carta a mi Abuela

"Querida Abuela,

Cuenta una leyenda, que en un templo de Osaka hay un poema titulado pérdida, esculpido en la piedra. Tiene tres palabras, pero el poeta las ha tachado. No puedes leer pérdida, sólo sentirla. Puedo escribir esta noche una carta, y después otra, y otra más. Pero no puedo expresar qué siento ahora mismo, no me salen las palabras para esta última carta. Aunque en realidad, me gustaría decir de todo, o mejor, gritarlo. No encuentro palabras para decir algo que no sé muy bien qué es, no encuentro palabras que me calmen o me consuelen; creo que sencillamente no existen.

Pero hoy quiero decir algo, porque ya no puedo callarmelo más. Hoy quiero decir, que sin ti no sé decir. Suena a que no sé vivir, y a lo mejor es eso. A tu lado me siento fuerte, con ganas de hacer más, de ser más. A tu lado quiero vivir, quiero escribir, ir o venir. Pero sólo a tu lado. Es por ti que lucho por ser mejor nieta, mejor amiga, mejor persona; en definitiva, por ser la mejor. Incluso lo que escribo cobra sentido, aunque me cueste toda una vida escribir sobre ti en pasado.

Siempre he creído que cuando uno muere va a un lugar maravilloso en donde tiene la posibilidad de hacer todo aquello que en la vida anterior no pudo hacer, de decir o de escribir todo aquello que un día no escribió. Si existe esa vida, abuela, quiero vivirla a tu lado. Quiero que vuelvas a ser mi amiga, que seas mi hermana, mi hija, mi nieta, mi abuela, mi bisabuela... Pero sobre todo, si existe esa vida quiero volver a enamorarme de ti. Por mucho que lo intente y que diga todas las palabras que me sé, jamás podré decir todo lo que te quiero. No existen palabras para ello, porque madre sólo hay una, pero abuela no hay más que una también.

La última vez que estuve contigo veíamos juntas la noticia de un hombre que había logrado celebrar su 114º cumpleaños. Te pedí que estuvieses siempre conmigo, que las dos cumpliesemos todos esos años. Me lo prometiste, pero no lo has cumplido. Ahora creo, pero no admito, que no lo cumplirás nunca. Aunque sé que de algún modo encontraré la forma de estar contigo siempre, quizás entre páginas de algún libro o siempre que vea una margarita. Y es que prefiero un instante en un campo con una única margarita, que toda una vida llena de todo tipo de flores.

Si supiera cuándo y dónde volveré a verte, esta carta hubiese sido más tierna. Pero yo no vengo a despedirme, tú sabes que la distancia nunca ha sido el olvido entre nosotras. Y no lo será nunca.

¡Hasta pronto abuela! Nos vemos en la otra vida.

Edurne."




Y no, no pude leerte esta carta en tu funeral. No pude porque una gran parte de mí, casi más de lo que se ha quedado, se ha ido a ese lugar contigo.

Gracias a todos los que en estos días me habéis mostrado vuestro cariño y apoyo. Tengo a grandes personas a mi lado.






Edurne (Edi)




20 de mayo de 2011

Carta ...

¡¡¡HASTA PRONTO COMPAÑEROS!!!


Ésto no es un adiós. En unos días prometo volver con la carta más bonita que jamás se ha escrito.

Edurne (Edi)

9 de mayo de 2011

Carta a una Fábula

Querida Fábula,

Entre mis muchas metas y propósitos diarios (intentar no perder el autobús diario, mirar la cartelera esperando que vuelva Anatomía de Grey a las pantallas, rezar para que mi hermano no se haya comido todas las galletas de chocolate y desear que la profesora de RRII no venga hoy porque tiene gripe) se encuentra él mostrar al mundo mis pensamientos a partir de Éste mi blog.

Pero hoy no vengo para enseñaros nada escrito por mí. ¡NO! Ésto no es un plagio, echandome flores encima diré que nunca me ha hecho falta. Hoy, por aclamación de mi alumnado, voy a publicar una fábula de uno de mis pupilos. Oh sí, aprende de las grandes, no cabe duda.

Jimmy sentía ofensa ante la negativa de su profesora de francés (sabe más francés que ella, doy fe) por haber leído historias mediocres dejando una de las suyas de lado. Un consejo te diré jovencito: Los grandes maestros empiezan escribiendo algo que un día todo el mundo despreció. Pero ambos sabemos quién es Van Gogh, ilustre pintor que hizo falta que se le enterrase en una fosa común para que todo lo que él había pintado costase una fortuna y se hiciese un hueco en los grandes museos a nivel mundial. Así que espero y estoy segura, de que antes de que seas enterrado (no en una fosa común y por Dios, que sea dentro de muchos años) tus escritos se peleen en los escaparates mundiales y en las baldas de biblioteca. Se peleen con los míos, me refiero.

" Un buen día el buitre hizo un trato con el león.

- León, yo con mi vista aérea busco la presa perfecta, y tú que eres tan feroz la cazas. Una vez muerta, la repartimos.

El león pensó que el buitre no era un animal muy grande y se hartaría rápido, entonces él comería más y aceptó el reto. Su primera presa fue un ñu. El león la cazó, y como había pensado comió bastante. Pero al día siguiente fueron a cazar un elefante. En la batalla, el león cayó muerto y el buitre se lo comió.

Moraleja: A comida regalada pocos días le quedan. "

Autor: Jimmy Culé.

Contadores a cero, el tiempo ha comenzado. ¡Vamos compañeros! Debéis escribirle un comentario a mi querido Jimmy, es su debut personal, acordaos el día en el que debutasteis en algo y os comentaron lo buenos que érais y lo bien que lo habíais hecho.

Y Jimmy, como consejo te diré que en la profesión de escritor, la más larga porque uno nace y no e hace, debes admitir tanto las críticas como los consejos, aprender de ellos y proponerte mejorar. ¿Quién ha dicho que tu profesora ignoró tu escrito porque era el peor? ¿Quién ha dicho que su opinión es la única, verdadera y absoluta?

Querido discípulo de 4 días por semana, ¡estoy orgullosa de ti! Y ahora que sé que estás leyendo ésto, vete a estudiar y sácame un 10 en el examen de mañana. Sé que puedes y lo harás, pero queda muy profesional si lo escribo por aquí :)

¡Mañana te veo!

Edurne (Edi)

8 de mayo de 2011

Carta a un Relato

Querido Relato,

Cierro el movil, mientras frunzo el ceño. Decido apagarlo, hoy no es día para más malas noticias. Camino por esa calle, mientras la música de mis cascos me evita escuchar el ruido de la calle, el ruido de las personas, el ruido de la vida. A mi alrededor los pájaros vuelan, los niños meriendan, los bicicletas circulan, los relojes avanzan. Yo sigo caminando, cruzo el semáforo, después subo las escaleras, luego la plaza. Vienes de frente, pero aún no me has visto. Me bloqueo, doy un paso más lento que los demás. Luego sigo caminando, no hay vuelta atrás. Estamos unas cincuenta personas caminando en la calle, pero me ves, soy una entre media centena. No dejas de mirarme, desvías tus pasos hacia mí. Nos quedamos el uno frente al otro, mirándonos. No sabemos qué decir, sobran las palabras, nos diríamos de todo. Me das dos besos, uno casi roza mis labios, eso me provoca dolor de estómago. Tu vida va bien, primero vino el máster seguido del doctorado, y después el matrimonio seguido de un hijo. Mi vida también, me gradué y ahora es a otro hombre a quien le hago el amor cada noche. Ese café, que lleva caducandose años, el que tenemos que tomarnos algún día. Algún día. Te alegras por mi vida, yo por la tuya. Mucha suerte, cuidate, y hasta pronto. Te veo marchar a esa cama con esa mujer, a acunar a ese bebé. Tardé, tardé en graduarme, no te ibas de mi cabeza. Aún sigues en ella. Incluso cuando otros hombres ocupan mi cama, tú sigues en mi mente. ´

Edurne (Edi)

4 de mayo de 2011

Carta a un Cuento Sufí

Querido Cuento Sufí,

Una mañana llegó a las puertas de la ciudad un mercader árabe y allí se encontró con un pordiosero medio muerto de hambre. Sintió pena por él y le socorrió dándole dos monedas de cobre. Horas más tarde, los dos hombres volvieron a coincidir cerca del mercado:

¿Qué has hecho con las dos monedas que te he dado?- preguntó el mercader.

-Con una de ellas me he comprado pan, para tener DE QUE VIVIR, con la otra me he comprado una rosa, para tener POR QUÉ VIVIR.


Edurne (Edi).