30 de noviembre de 2011

Carta a una Petición

Querida Petición,

Necesito volver atrás en el pasado.
Por favor que cuando me despierte mañana sea el año pasado, o el anterior...
Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor....


Edurne (Edi)

23 de noviembre de 2011

Carta a un Momento

Querido Momento,

Momento entre mi sobrino Jorge (5 años) y yo, cuando se acerca a ver el ordenador que acabo de sacar. Se dirige a tocarlo:

"- Hey hey hey.... quita tus manecitas y tu boca (por si vomitas) de delante de mi ordenador. Oyeeee... que no toques mi ordenador, que éste no es como el de mamá. ¡¡SCHHHHSSSS!! Que no te he dicho.... Jorge....... Jorgeeeeeeeeeeee.... ¡¡JORGE!! ¡¡QUE NO TOQUES MI ORDENADOR!!


Pone sus manos pegadas al cuerpo, da un paso hacia atrás, y me mira con cara de tristeza:

- Ay... lo siento, lo siento Jorge... ¿Me das un abrazo?
- ¡Abracitoooooo!

Me abraza despacito mientras me aparta el pelo, seguido apoya su mejilla en mi hombro y:

- Te quiero tita.
- Oh....... yo a ti también."


Ahí viene cuando yo me derrito.

Edurne (Edi)

14 de noviembre de 2011

Carta a un Poema

Querido Poema,

A MI MADRE

(reivindicación de una hermosura)

Escucha en las noches cómo se rasga la seday cae sin ruido la taza de té al suelo
como una magia
tú que sólo palabras dulces tienes para los muertos
y un manojo de flores llevas en la mano
para esperar a la Muerte
que cae de su corcel, herida
por un caballero que la apresa con sus labios brillantes
y llora por las noches pensando que le amabas,
y dice sal al jardín y contempla cómo caen las estrellas
y hablemos quedamente para que nadie nos escuche
ven, escúchame hablemos de nuestros muebles
tengo una rosa tatuada en la mejilla y un bastón con
empuñadura en forma de pato
y dicen que llueve por nosotros y que la nieve es nuestra
y ahora que el poema expira
te digo como un niño, ven
he construido una diadema
(sal al jardín y verás cómo la noche nos envuelve)


(Leopoldo Maria Panero)


Edurne (Edi)

13 de noviembre de 2011

Carta tras un año

Querido Año,

Hay días en los que pienso que fue ayer, y otros en los que nunca ha sucedido. Pero hoy, hace un año, la realidad me daba un puñetazo de frente. Hoy los tontos aparcados en segunda fila deberían cerrar la boca.

365 días, sin faltar uno, en los que he pensado en ti, en nosotras. Sé que yo no era tu preferida, ni tampoco tú eras la mía, pero eso no implica que no nos quisieramos. Dicen que nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes. En mi caso fue hasta que estuve a punto de perderlo. Recuerdo cada llamada a primera hora por mi cumpleaños, cada navidad, cada postal, cada visita, cada sonrisa, cada lágrima, cada enfado. No puedo recordar lo que nunca sucedió. Sin embargo, todos esos recuerdos juntos me saben a poco. Atrás han quedado los momentos en Madrid, las tardes junto a la estufa. Ni siquiera la sopa de pollo ha vuelto a estar tan rica. Aunque si hay un modo de recordarte, será con una sonrisa.

Este año, ha sido un tiempo de pensamiento, de silencio, de reflexión. Ya de nada sirve lamentarse por no haberte conocido más, por no haber pasado más momentos y por no haberme esforzado más en comprenderte. Con tu marcha aprendí que la vida se vive una única vez y que hay momentos que no vuelven nunca. Me diste la lección más grande que podías haberme dado. Me enseñaste que a mi lado tengo a una persona con un corazón que vale un mundo y que debo saber apreciarlo.

Nadie puede pedirme que no esté triste hoy, o que no llore. Hoy no hay demasiadas palabras, aunque mucho que decir.

Edurne (Edi)

2 de noviembre de 2011

Carta a un Poema

Querido Poema,


Ella era feliz cada día. Madrugando con los primeros rayos de sol, desayunando mientras miraba al jardín, siendo todo lo buena madre que podía llegar a ser. Pero él nunca le daba un beso antes de marcharse a trabajar, eso queda para las películas de los sábados por la tarde. Su manera de demostrar cariño era diferente, en ocasiones demasiado agresiva. Dicen que entre el amor y el odio hay un sólo paso.


Cada jueves por la mañana recibía el buzón de casa se abría para recibir una carta poco común. Un poema, remitente desconocido. Como tema el amor, alguien la espera, alguien la desea, alguien piensa en ella. Pero no cita ningún nombre. Ella sueña y se imagina quién será el que le envía esos versos. Tal vez viva cerca, o los envía desde lejos. Quizás sea un hombre apuesto, o un amor platónico de un adolescente enloquecido.


Pero ella era feliz, cada día, especialmente los jueves. Llega su marido y le recibe con una sonrisa, sin contárle que cada jueves por la mañana llega un poema que la hace soñar. Él también es feliz, escribiéndo cada miércoles por la noche ese poema que enviará a la mañana siguiente, bajo anónimo para hacerla feliz.



Edurne (Edi)