Querida Si Supiera...
Si supiera que ésta fuera la última vez que te vería salir por la puerta, te daría un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo para darte muchos más.
Si supiera que ésta fuera la última vez que voy a oír tu voz, grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas una y otra vez indefinidamente.
Si supiera que éstos son los últimos minutos que te veré, te diría cuanto te quiero y no asumiría tontamente que ya lo sabes.
(G.G.Márquez)
25 de noviembre de 2012
18 de noviembre de 2012
Carta a una Sonrisa
Querida Sonrisa,
Tu sonrisa vivirá siempre, en las sonrisas que creaste en tantas generaciones y que seguimos y seguiremos sonriendo con tu recuerdo.
Hoy el cielo es un lugar algo más divertido.
Edurne (Edi)
Tu sonrisa vivirá siempre, en las sonrisas que creaste en tantas generaciones y que seguimos y seguiremos sonriendo con tu recuerdo.
Hoy el cielo es un lugar algo más divertido.
Edurne (Edi)
17 de noviembre de 2012
Carta a un relato
Querido Relato,
Cuando las cosas en la vida nos superan, cuando 24 horas al día no son suficientes, recuerda el bote de mayonesa y las dos cervezas:
Un profesor delante de su clase de filosofía, sin decir palabra, cogió un bote grande vacío de mayonesa y procedió a llenarlo de pelotas de golf. Después preguntó a los estudiantes si el bote estaba lleno. Los estudiantes estuvieron de acuerdo en decir que sí.
Así
Cuando las cosas en la vida nos superan, cuando 24 horas al día no son suficientes, recuerda el bote de mayonesa y las dos cervezas:
Un profesor delante de su clase de filosofía, sin decir palabra, cogió un bote grande vacío de mayonesa y procedió a llenarlo de pelotas de golf. Después preguntó a los estudiantes si el bote estaba lleno. Los estudiantes estuvieron de acuerdo en decir que sí.
Así
el profesor cogió una caja llena de canicas y la vació dentro del bote de mayonesa. Las canicas rellenaron los espacios vacíos entre las pelotas de golf. El profesor volvió a preguntar a los estudiantes si el bote estaba lleno y ellos volvieron a decir que sí.
Después el profesor cogió una caja de arena y la vació dentro del bote. La arena llenó todos los espacios vacíos y el profesor preguntó de nuevo si el bote estaba lleno. En esta ocasión los estudiantes respondieron con un sí unánime. El profesor rápidamente sacó dos cervezas de debajo de la mesa y vació su contenido en el bote y efectivamente llenó todos los espacios vacíos entre la arena. Los estudiantes rieron.
Cuando pararon las risas el profesor dijo: Quiero que se den cuenta de que este bote representa la vida. Las pelotas de golf son las cosas importantes como la familia, los hijos, la salud, los amigos, el amor, cosas que te apasionan, son cosas que aunque perdiéramos todo lo demás y nada más nos quedaran estas, nuestras vidas aún estarían llenas. Las canicas son las otras cosas que nos importan, como el trabajo, la casa, el coche,...la arena es todo lo demás, las pequeñas cosas.
Si ponemos la arena en el bote en primer lugar no habrá espacio para las pelotas de golf. Lo mismo ocurre con nuestra vida, si utilizamos todo nuestro tiempo y nuestra energía en las cosas pequeñas, nunca tendremos espacio para las cosas realmente importantes.
Presten atención a las cosas cruciales para su felicidad: jueguen con sus hijos, dense tiempo para ir al médico, salgan con su pareja a cenar, practiquen su afición favorita. Ocupen su tiempo en las cosas que realmente importan, establezcan sus prioridades, el resto es sólo arena.
Uno de los estudiantes levantó la mano y preguntó que representaba la cerveza. El profesor sonrió y dijo: "Me alegro de que hayas preguntado. La cerveza sólo muestra que no importa cuan ocupada tu vida pueda parecer, siempre hay lugar para un par de cervezas con un amigo."
(Autor desconocido)
Después el profesor cogió una caja de arena y la vació dentro del bote. La arena llenó todos los espacios vacíos y el profesor preguntó de nuevo si el bote estaba lleno. En esta ocasión los estudiantes respondieron con un sí unánime. El profesor rápidamente sacó dos cervezas de debajo de la mesa y vació su contenido en el bote y efectivamente llenó todos los espacios vacíos entre la arena. Los estudiantes rieron.
Cuando pararon las risas el profesor dijo: Quiero que se den cuenta de que este bote representa la vida. Las pelotas de golf son las cosas importantes como la familia, los hijos, la salud, los amigos, el amor, cosas que te apasionan, son cosas que aunque perdiéramos todo lo demás y nada más nos quedaran estas, nuestras vidas aún estarían llenas. Las canicas son las otras cosas que nos importan, como el trabajo, la casa, el coche,...la arena es todo lo demás, las pequeñas cosas.
Si ponemos la arena en el bote en primer lugar no habrá espacio para las pelotas de golf. Lo mismo ocurre con nuestra vida, si utilizamos todo nuestro tiempo y nuestra energía en las cosas pequeñas, nunca tendremos espacio para las cosas realmente importantes.
Presten atención a las cosas cruciales para su felicidad: jueguen con sus hijos, dense tiempo para ir al médico, salgan con su pareja a cenar, practiquen su afición favorita. Ocupen su tiempo en las cosas que realmente importan, establezcan sus prioridades, el resto es sólo arena.
Uno de los estudiantes levantó la mano y preguntó que representaba la cerveza. El profesor sonrió y dijo: "Me alegro de que hayas preguntado. La cerveza sólo muestra que no importa cuan ocupada tu vida pueda parecer, siempre hay lugar para un par de cervezas con un amigo."
(Autor desconocido)
Edurne (Edi)
13 de noviembre de 2012
Carta a 2 años
Queridos 2 años,
No, no me he olvidado. Dos años que te fuiste y aquí sigo intentando entender qué sucedió.
A mí nadie me explicó nunca lo que es la muerte.
Mientras debato conmigo misma su significado, creo que va siendo hora de dejarte descansar para siempre. Cumpliré lo que te prometí, aunque tenga que pasar por encima de mí misma. No te defraudaré, abuela.
Edurne (Edi)
No, no me he olvidado. Dos años que te fuiste y aquí sigo intentando entender qué sucedió.
A mí nadie me explicó nunca lo que es la muerte.
Mientras debato conmigo misma su significado, creo que va siendo hora de dejarte descansar para siempre. Cumpliré lo que te prometí, aunque tenga que pasar por encima de mí misma. No te defraudaré, abuela.
Edurne (Edi)
5 de noviembre de 2012
Carta a un Beso
Querido Beso,
- Espera, espera...
- ¿Qué ocurre? ¿Qué te pasa?
- Espera.. antes de nada... ¿Recuerdas aquél día que no pudiste darme un beso porque estabas enfermo?
- Sí
- Pues bésame por aquél día, y bésame por todas las veces que deseaste hacerlo y no pudiste. Y también por hoy, por mañana y por todos los besos que no podrás darme siempre que quieras. Bésame como si fuese el primero o el último beso, o ambos a la vez. Sólo bésame.
- Lo haré. Te besaré hasta que no distingas cuando termina un beso y comienza el siguiente.
Edurne (Edi)
- Espera, espera...
- ¿Qué ocurre? ¿Qué te pasa?
- Espera.. antes de nada... ¿Recuerdas aquél día que no pudiste darme un beso porque estabas enfermo?
- Sí
- Pues bésame por aquél día, y bésame por todas las veces que deseaste hacerlo y no pudiste. Y también por hoy, por mañana y por todos los besos que no podrás darme siempre que quieras. Bésame como si fuese el primero o el último beso, o ambos a la vez. Sólo bésame.
- Lo haré. Te besaré hasta que no distingas cuando termina un beso y comienza el siguiente.
Edurne (Edi)
27 de octubre de 2012
Carta a Poemas
Queridos Poemas,
Al perderte yo a tí,
tú y yo hemos perdido:
yo, porque tú eras lo que yo más amaba
y tú porque yo era el que te amaba más.
Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:
porque yo podré amar a otras como te amaba a ti,
pero a ti no te amarán como te amaba yo.
Hay un lugar junto a la laguna de Tiscapa
-un banco debajo de un árbol de quelite-
que tú conoces ( aquella a quien escribo estos versos,
sabrá que son para ella).
Y tú recuerdas aquel banco y aquel quelite;
la luna reflejada en la laguna de Tiscapa,
las luces del palacio del dictador,
las ranas cantando abajo en la laguna.
Todavía está aquel árbol de quelite;
todavía brillan las mismas luces;
en la laguna de Tiscapa se refleja la luna;
pero aquel banco esta noche estará vacío,
o con otra pareja que no somos nosotros.
Ernesto Cardenal.
Edurne (Edi)
Al perderte yo a tí,
tú y yo hemos perdido:
yo, porque tú eras lo que yo más amaba
y tú porque yo era el que te amaba más.
Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:
porque yo podré amar a otras como te amaba a ti,
pero a ti no te amarán como te amaba yo.
Hay un lugar junto a la laguna de Tiscapa
-un banco debajo de un árbol de quelite-
que tú conoces ( aquella a quien escribo estos versos,
sabrá que son para ella).
Y tú recuerdas aquel banco y aquel quelite;
la luna reflejada en la laguna de Tiscapa,
las luces del palacio del dictador,
las ranas cantando abajo en la laguna.
Todavía está aquel árbol de quelite;
todavía brillan las mismas luces;
en la laguna de Tiscapa se refleja la luna;
pero aquel banco esta noche estará vacío,
o con otra pareja que no somos nosotros.
Ernesto Cardenal.
Edurne (Edi)
12 de octubre de 2012
Carta a un Aplauso
Querido Aplauso,
Únicamente hay que poner cualquier canal de televisión para ver aplausos. Gente aplaudiendo, dando palmas con las manos. Da igual la cadena que sea, ni el momento el día, no la hora. Podemos ver aplausos por la mañana o por la tarde, por parte de personas mayores, niños, ancianos, jóvenes... Pero... ¿cuál es la razón de esos aplausos?
Unos aplauden a Reyes y monarcas que visitan algunos lugares en el mundo, políticos que se pasean al son de la melodía de su partido, alcaldes, empresarios... Muchos de ellos roban, estafan, se quedan con el dinero de todos.... Otros mienten y sonríen cínicamente. A su alrededor está el pueblo aplaudiéndo, como si se celebrasen los actos cometidos.
Yo me pregunto... ¿dónde están los aplausos por aquellos que luchan por un mundo mejor? ¿Dónde están los aplausos para quienes dan su vida en las misiones en África o Asia? ¿Dónde están los aplausos para quienes viven en barrios marginales ayudando a los más desfavorecidos? ¿Dónde están los aplausos para aquellos que dan más de lo que tienen? ¿Y para los voluntarios que dan sin recibir nada más que satisfacción personal a cambio?
El mundo está lleno de héroes anónimos. Pero nadie les aplaude. Hay que decir que sin todos ellos, aplaudiríamos a quienes supiesen cómo huir de este mundo.... que se está destruyendo tan rápido como lo que tarda el sonido de un aplauso en desaparecer...
Edurne (Edi)
Únicamente hay que poner cualquier canal de televisión para ver aplausos. Gente aplaudiendo, dando palmas con las manos. Da igual la cadena que sea, ni el momento el día, no la hora. Podemos ver aplausos por la mañana o por la tarde, por parte de personas mayores, niños, ancianos, jóvenes... Pero... ¿cuál es la razón de esos aplausos?
Unos aplauden a Reyes y monarcas que visitan algunos lugares en el mundo, políticos que se pasean al son de la melodía de su partido, alcaldes, empresarios... Muchos de ellos roban, estafan, se quedan con el dinero de todos.... Otros mienten y sonríen cínicamente. A su alrededor está el pueblo aplaudiéndo, como si se celebrasen los actos cometidos.
Yo me pregunto... ¿dónde están los aplausos por aquellos que luchan por un mundo mejor? ¿Dónde están los aplausos para quienes dan su vida en las misiones en África o Asia? ¿Dónde están los aplausos para quienes viven en barrios marginales ayudando a los más desfavorecidos? ¿Dónde están los aplausos para aquellos que dan más de lo que tienen? ¿Y para los voluntarios que dan sin recibir nada más que satisfacción personal a cambio?
El mundo está lleno de héroes anónimos. Pero nadie les aplaude. Hay que decir que sin todos ellos, aplaudiríamos a quienes supiesen cómo huir de este mundo.... que se está destruyendo tan rápido como lo que tarda el sonido de un aplauso en desaparecer...
Edurne (Edi)
25 de septiembre de 2012
20 de septiembre de 2012
Carta a una Experiencia
Querida Experiencia,
Todo comenzó hoy mismo, pero hace un año. 20 de Septiembre de 2011, primer día que pisé Swansea para vivir 10 meses de Erasmus.
Llevaba años queriendo vivir la experiencia Erasmus, vivir en otro país, conocer diferentes culturas y costumbres, gente de otros sitios y claro, perfeccionar el idioma. Si todo era una aventura, había que sumarle que iba sóla, nadie de mis compañeros ni de mi universidad habían elegido ese destino.
Recuerdo la cuenta atrás, ¡conté los días hacia atrás desde 101! Veinte kilos de maleta, más la de mano, con todo lo que en principio iba a ser necesario para sobrevivir al menos hasta navidades. Los últimos días venían las despedidas, los deseos de suerte, pequeños consejos y detalles que mis amigos me daban... No lo negaré, tenía miedo. Pánico. ¿Y si no hacía amigos? ¿Y si no me desenvolvía con el idioma tan bien como esperaba? ¿Y si el sitio no me gustaba? ¿Y si algo malo me pasaba? ¿Y sí...? ¿Y SÍ................?
No había vuelta atrás posible. Mis compañeros de clase ya se habían marchado, todos desprendidos por Alemania, Holanda, Suecia, Irlanda.... Otros en el mismo país al que yo iba pero a cientos (tal vez miles) de kilómetros, no para una urgencia en un momento dado. Todos habían llegado, se habían instalado, y sus sonrisas en fotos rodeados de gente dejaban claro que habían tenido un buen comienzo.
La noche de antes me escondía debajo de mi edredón, abrazándolo para que no se escapase y me dejara sóla a la mañana siguiente. Nunca he sido de reconocer sentimientos abiértamente, no podía mostrarme débil y decir que tras todo preparado y organizado, no quería ir por miedo.
Y llegó el gran día. Contacté con dos chicas que también iban a Swansea y decidimos coger el vuelo juntas (siempre es mejor perderse en compañía que perderse en soledad). Tras 4 horas en coche, tres en avión, 20 minutos en taxi y 2 horas en autobús... llegamos a Swansea. Eran las 5 de la mañana, llovía si tenía que llover, hacía frío, una estación oscura y solitaria, rodeada de desconocidos que no nos entendían. Primera impresión: horrible. Primera frase (dicha por Elena): "¿De verdad es este el sitio?". Esa frase ocultaba un "¿no podía ser peor, verdad?".
Cogimos un taxi rumbo a la casa en la que supuestamente yo iba a vivir durante esos 10 meses. Resumiré en que lo único bonito que tenía aquella casa esa la puerta de fuera: color azul brillante recién pintado. La casa era el peor antro que jamás he visto, y que probablemente veré. Cualquier parecido entre la realidad y las fotos que había visto yo por internet, era pura casualidad. Manchas de humedad, basura por todos sitios, una cocina perfectamente confundible con una pocilga, apenas había muebles, manchas de humedad... y lo peor: no había internet ni calefacción. El sótano prometía ser un lugar de dos habitaciones + baño incluído, entéramente para quien decidiese vivir ahí abajo. Creo que la definición de 'zulo' la sacaron de ese lugar. El techo muy bajo, frío, humedades... Un lugar al que no merecería la pena entrar ni para vomitar. Todo eso sin compañeros de piso, que aún no habían llegado; mientras las chicas que me acompañaban se instalaban en la casa que habían alquilado.
Sólo había una cosa que me consolaba en aquél momento: A partir de ahí sólo se podía ir a mejor. Tal vez era la primera impresión tras un largo viaje, debía darle una pequeña oportunidad a aquella situación. Otro taxi, y rumbo hacia un supermercado grande y céntrico para comprar cosas se subsistencia, tales como edredón, sábanas y toallas, un paraguas, y algo de comer para intentar abrir el apetito y no desmayarme. Con la voz encogida, decidí llamar a mi madre. Una voz de apoyo sería lo mejor en ese momento. Poco pude decirme, porque poco le conté para no preocuparla. Tras dar vueltas por ese lugar en el que no entendía nada porque todo era demasiado nuevo para mí, decidí pagar lo que había comprado y marcharme.
Ahí vino la siguiente aventura. Mi tarjeta de crédito era nueva y recién iba a estrenarla. No la había firmado por detrás, por lo que la cajera no se creyó que una personita con aquella cara de miedo, mojada por la lluvia y cansada, era portadora de la tarjeta. Llamó a la jefa de cajeras, quien a su vez llamó al encargado del supermercado en el momento, quien a su vez llamó a los guardias de policia que estaban allí patrullando. Entre tanto alboroto, mi carita les dio lástima y me dejaron marcharme tras firmar mi tarjeta por detrás. El siguiente incidente vino al salir del supermercado, cuando pitó la alarma al intentar salir. Los guardias de seguridad vinieron a mí, a registrar mi compra y registrarme a mí. Para mi suerte, todo lo que había saltado la alarma era el chip del paraguas que la cajera había olvidado quitar.
Tras todo ésto, salí de aquél lugar y me senté en el bordillo de la acera a recuperarme del shock y pensar un poco. Me acordaba de los abrazos de mis compañeros que me habían deseado suerte pocos días antes de irme. De mis tíos y primos que me deseaban lo mejor. De mis profesores que esperaban volver a verme un año después y notar mi avance en el idioma, y como persona. De mi padre, que confiaba en mí para sobrevivir allí. De mi hermano, que compartía mis nervios. De mi madre, que la dejé llorando en el aeropuerto cuando me despedí. ¡Oh! ¡Cuánto hubiese dado en ese momento porque mis amigos no me hubieran soltado de aquellos abrazos y no me hubiesen dejado irme! ¡Cuánto hubiese dado por abrazarme a la pierna de mi madre y que me hubiese llevado con ella de vuelta a casa desde el aeropuerto!
Pero eso no podía suceder. Estaba allí sóla, sentada en ese bordillo, mojada por la lluvia. No lloré porque mis lágrimas no iban a solucionarme nada. Era momento de levantarse, de solucionar aquello, de demostrarle a todo el que un día iba a leer o saber ésto, que yo soy fuerte y puedo solucionar las cosas por mí misma. No se podía decir de mí que había ido de Erasmus y por no gustarme la casa y la situación me había vuelto a España. No, no se iba a decir éso de Edurne. Jamás. El sol también está siempre sólo, y aun así no deja nunca de brillar.
Los siguientes tres días los pasé en casa de las dos chicas que habían venido conmigo. Llegar a aquella casa fue como ver las puertas del cielo abiertas tras pasar toda una vida en el infierno. Allí vivían un chico indio, un chico turco y una chica rusa. Además, había un chico letón viviendo en el salón de la casa durante dos semanas mientras hacía unos exámenes, y una chica alemana (ex inquilina de la casa) compartía habitaciñon con la rusa durante dos semanas hasta que se volviese a su país. La casa estaba bien amueblada, era grande, acondicionada con todo lo necesario, y todos me acogieron bien en ese lugar. Por otro lado, contactamos con un chico español que había llegado a Swansea esos días y estaba tan perdido como nosotras. Él vivía en una casa donde había tres habitaciones libres, pero estaba en un lugar muy muy lejos (que al poco tiempo ya se convirtió en alguien imprescindible para mí en Swansea). Yo empecé a tener apetito, volví a sonreir, contesté a todos aquellos mensajes de internet de amigos y familiares que expectantes me preguntaban sobre cómo había llegado. Y sobre todo, ya no estaba mojada por la lluvia porque el sol había salido en Swansea.
Al tercer día, una de las chicas con las que había viajado decidió volverse a España por motivos personales. Ese era mi momento: me mudaría a su habitación. Así fue. Tras unas llamadas de teléfono y un papeleo, tenía una casa nueva. Ya no vivía en ese lugar sucio, frío y repugnante. Ahora vivía con un turco, una rusa, un indio y una española (y con un letón y una alemana que estaban allí temporalmente).
Así fue el comienzo de los siguientes diez meses que vinieron después. Meses de conocer a mucha, muchísima gente, de visitar las zonas de alrededor, de compartir momentos, de hacer fiestas, risas, algún que otro llanto, fotos, cenas, mil historias, bailar salsa hasta reventar mis tacones, .... Y mil cosas que darían para blogs enteros. Le encontré encanto a aquella ciudad tranquila con gente muy amigable (tanto autóctonos como visitantes), ritmo tranquilo, todo barato y siempre algo por hacer. Entre tanto, visita de 8 días de mis padres (que luego me dicen que no les menciono) que fue muy reconfortante, dio fuerzas y llenó el estómago.
¿El final? No existe. Cuesta volver, cuesta mucho mucho volver, y sólo quien lo ha compartido conmigo entiende mi desubicación ahora. Quedan amigos y conocidos en muchas partes del mundo, Francia, Alemania, Italia, Arabia, Holanda, Noruega, Rumanía, Rusia, Turquía, India, Mongolia, Georgia, México, Israel, Austria, Camerún, Marruecos, China, Iraq, Bulgaria, Qatar, Ucrania, Nigeria, Chipre, Croacia, Sri Lanka, Estados Unidos, Ecuador, Iran, Bélgica, Brunei, Argentina, Portugal, Polonia, Letonia, Colombia, Brasil, España, Reino Unido... y qué se yo... mil sitios de donde existe alguien que compartió momentos inolvidables conmigo. No sería justo poner nombres, olvidaría muchos y no sería justo.
Aprendí a afrontar los problemas y a luchar por solucionarlos, a dejar a un lado los prejuicios, a valorar a la persona por su persona y no por el lugar al que pertenece. Aprendí muchas muchas cosas, más de lo que nunca hubiese imaginado. Aprendí de todos y cada uno de los que conocí. Aprendí de Swansea, un lugar desconocido al principio, suspendido en el tiempo, olvidado del mundo... pero en la que había la mejor gente de este planeta.
Un final que se cerraba poco a poco mientras los días pasaban, pero que de pronto, sin preverlo, buscarlo ni esperarlo, apareció una razón para volver a Swansea y seguir siendo feliz allí. Esta vez sí que hay alguien esperándome allí. Elegir vivir un Erasmus, y en esta ciudad, no podía haber sido mejor acierto. Gracias al destino, que me llevó por este camino.
En pocas palabras: Inolvidable. Única. Experiencia.
Gracias a todos los que hicieron posible que este sueño se hiciese realidad, a los que formasteis parte de este año, y a los que seguís en él para mucho tiempo, espero. Os llevasteis una parte de mi corazón, y yo os llevaré siempre en el mío.
Edurne (Edi)
Todo comenzó hoy mismo, pero hace un año. 20 de Septiembre de 2011, primer día que pisé Swansea para vivir 10 meses de Erasmus.
Llevaba años queriendo vivir la experiencia Erasmus, vivir en otro país, conocer diferentes culturas y costumbres, gente de otros sitios y claro, perfeccionar el idioma. Si todo era una aventura, había que sumarle que iba sóla, nadie de mis compañeros ni de mi universidad habían elegido ese destino.
Recuerdo la cuenta atrás, ¡conté los días hacia atrás desde 101! Veinte kilos de maleta, más la de mano, con todo lo que en principio iba a ser necesario para sobrevivir al menos hasta navidades. Los últimos días venían las despedidas, los deseos de suerte, pequeños consejos y detalles que mis amigos me daban... No lo negaré, tenía miedo. Pánico. ¿Y si no hacía amigos? ¿Y si no me desenvolvía con el idioma tan bien como esperaba? ¿Y si el sitio no me gustaba? ¿Y si algo malo me pasaba? ¿Y sí...? ¿Y SÍ................?
No había vuelta atrás posible. Mis compañeros de clase ya se habían marchado, todos desprendidos por Alemania, Holanda, Suecia, Irlanda.... Otros en el mismo país al que yo iba pero a cientos (tal vez miles) de kilómetros, no para una urgencia en un momento dado. Todos habían llegado, se habían instalado, y sus sonrisas en fotos rodeados de gente dejaban claro que habían tenido un buen comienzo.
La noche de antes me escondía debajo de mi edredón, abrazándolo para que no se escapase y me dejara sóla a la mañana siguiente. Nunca he sido de reconocer sentimientos abiértamente, no podía mostrarme débil y decir que tras todo preparado y organizado, no quería ir por miedo.
Y llegó el gran día. Contacté con dos chicas que también iban a Swansea y decidimos coger el vuelo juntas (siempre es mejor perderse en compañía que perderse en soledad). Tras 4 horas en coche, tres en avión, 20 minutos en taxi y 2 horas en autobús... llegamos a Swansea. Eran las 5 de la mañana, llovía si tenía que llover, hacía frío, una estación oscura y solitaria, rodeada de desconocidos que no nos entendían. Primera impresión: horrible. Primera frase (dicha por Elena): "¿De verdad es este el sitio?". Esa frase ocultaba un "¿no podía ser peor, verdad?".
Cogimos un taxi rumbo a la casa en la que supuestamente yo iba a vivir durante esos 10 meses. Resumiré en que lo único bonito que tenía aquella casa esa la puerta de fuera: color azul brillante recién pintado. La casa era el peor antro que jamás he visto, y que probablemente veré. Cualquier parecido entre la realidad y las fotos que había visto yo por internet, era pura casualidad. Manchas de humedad, basura por todos sitios, una cocina perfectamente confundible con una pocilga, apenas había muebles, manchas de humedad... y lo peor: no había internet ni calefacción. El sótano prometía ser un lugar de dos habitaciones + baño incluído, entéramente para quien decidiese vivir ahí abajo. Creo que la definición de 'zulo' la sacaron de ese lugar. El techo muy bajo, frío, humedades... Un lugar al que no merecería la pena entrar ni para vomitar. Todo eso sin compañeros de piso, que aún no habían llegado; mientras las chicas que me acompañaban se instalaban en la casa que habían alquilado.
Sólo había una cosa que me consolaba en aquél momento: A partir de ahí sólo se podía ir a mejor. Tal vez era la primera impresión tras un largo viaje, debía darle una pequeña oportunidad a aquella situación. Otro taxi, y rumbo hacia un supermercado grande y céntrico para comprar cosas se subsistencia, tales como edredón, sábanas y toallas, un paraguas, y algo de comer para intentar abrir el apetito y no desmayarme. Con la voz encogida, decidí llamar a mi madre. Una voz de apoyo sería lo mejor en ese momento. Poco pude decirme, porque poco le conté para no preocuparla. Tras dar vueltas por ese lugar en el que no entendía nada porque todo era demasiado nuevo para mí, decidí pagar lo que había comprado y marcharme.
Ahí vino la siguiente aventura. Mi tarjeta de crédito era nueva y recién iba a estrenarla. No la había firmado por detrás, por lo que la cajera no se creyó que una personita con aquella cara de miedo, mojada por la lluvia y cansada, era portadora de la tarjeta. Llamó a la jefa de cajeras, quien a su vez llamó al encargado del supermercado en el momento, quien a su vez llamó a los guardias de policia que estaban allí patrullando. Entre tanto alboroto, mi carita les dio lástima y me dejaron marcharme tras firmar mi tarjeta por detrás. El siguiente incidente vino al salir del supermercado, cuando pitó la alarma al intentar salir. Los guardias de seguridad vinieron a mí, a registrar mi compra y registrarme a mí. Para mi suerte, todo lo que había saltado la alarma era el chip del paraguas que la cajera había olvidado quitar.
Tras todo ésto, salí de aquél lugar y me senté en el bordillo de la acera a recuperarme del shock y pensar un poco. Me acordaba de los abrazos de mis compañeros que me habían deseado suerte pocos días antes de irme. De mis tíos y primos que me deseaban lo mejor. De mis profesores que esperaban volver a verme un año después y notar mi avance en el idioma, y como persona. De mi padre, que confiaba en mí para sobrevivir allí. De mi hermano, que compartía mis nervios. De mi madre, que la dejé llorando en el aeropuerto cuando me despedí. ¡Oh! ¡Cuánto hubiese dado en ese momento porque mis amigos no me hubieran soltado de aquellos abrazos y no me hubiesen dejado irme! ¡Cuánto hubiese dado por abrazarme a la pierna de mi madre y que me hubiese llevado con ella de vuelta a casa desde el aeropuerto!
Pero eso no podía suceder. Estaba allí sóla, sentada en ese bordillo, mojada por la lluvia. No lloré porque mis lágrimas no iban a solucionarme nada. Era momento de levantarse, de solucionar aquello, de demostrarle a todo el que un día iba a leer o saber ésto, que yo soy fuerte y puedo solucionar las cosas por mí misma. No se podía decir de mí que había ido de Erasmus y por no gustarme la casa y la situación me había vuelto a España. No, no se iba a decir éso de Edurne. Jamás. El sol también está siempre sólo, y aun así no deja nunca de brillar.
Los siguientes tres días los pasé en casa de las dos chicas que habían venido conmigo. Llegar a aquella casa fue como ver las puertas del cielo abiertas tras pasar toda una vida en el infierno. Allí vivían un chico indio, un chico turco y una chica rusa. Además, había un chico letón viviendo en el salón de la casa durante dos semanas mientras hacía unos exámenes, y una chica alemana (ex inquilina de la casa) compartía habitaciñon con la rusa durante dos semanas hasta que se volviese a su país. La casa estaba bien amueblada, era grande, acondicionada con todo lo necesario, y todos me acogieron bien en ese lugar. Por otro lado, contactamos con un chico español que había llegado a Swansea esos días y estaba tan perdido como nosotras. Él vivía en una casa donde había tres habitaciones libres, pero estaba en un lugar muy muy lejos (que al poco tiempo ya se convirtió en alguien imprescindible para mí en Swansea). Yo empecé a tener apetito, volví a sonreir, contesté a todos aquellos mensajes de internet de amigos y familiares que expectantes me preguntaban sobre cómo había llegado. Y sobre todo, ya no estaba mojada por la lluvia porque el sol había salido en Swansea.
Al tercer día, una de las chicas con las que había viajado decidió volverse a España por motivos personales. Ese era mi momento: me mudaría a su habitación. Así fue. Tras unas llamadas de teléfono y un papeleo, tenía una casa nueva. Ya no vivía en ese lugar sucio, frío y repugnante. Ahora vivía con un turco, una rusa, un indio y una española (y con un letón y una alemana que estaban allí temporalmente).
Así fue el comienzo de los siguientes diez meses que vinieron después. Meses de conocer a mucha, muchísima gente, de visitar las zonas de alrededor, de compartir momentos, de hacer fiestas, risas, algún que otro llanto, fotos, cenas, mil historias, bailar salsa hasta reventar mis tacones, .... Y mil cosas que darían para blogs enteros. Le encontré encanto a aquella ciudad tranquila con gente muy amigable (tanto autóctonos como visitantes), ritmo tranquilo, todo barato y siempre algo por hacer. Entre tanto, visita de 8 días de mis padres (que luego me dicen que no les menciono) que fue muy reconfortante, dio fuerzas y llenó el estómago.
¿El final? No existe. Cuesta volver, cuesta mucho mucho volver, y sólo quien lo ha compartido conmigo entiende mi desubicación ahora. Quedan amigos y conocidos en muchas partes del mundo, Francia, Alemania, Italia, Arabia, Holanda, Noruega, Rumanía, Rusia, Turquía, India, Mongolia, Georgia, México, Israel, Austria, Camerún, Marruecos, China, Iraq, Bulgaria, Qatar, Ucrania, Nigeria, Chipre, Croacia, Sri Lanka, Estados Unidos, Ecuador, Iran, Bélgica, Brunei, Argentina, Portugal, Polonia, Letonia, Colombia, Brasil, España, Reino Unido... y qué se yo... mil sitios de donde existe alguien que compartió momentos inolvidables conmigo. No sería justo poner nombres, olvidaría muchos y no sería justo.
Aprendí a afrontar los problemas y a luchar por solucionarlos, a dejar a un lado los prejuicios, a valorar a la persona por su persona y no por el lugar al que pertenece. Aprendí muchas muchas cosas, más de lo que nunca hubiese imaginado. Aprendí de todos y cada uno de los que conocí. Aprendí de Swansea, un lugar desconocido al principio, suspendido en el tiempo, olvidado del mundo... pero en la que había la mejor gente de este planeta.
Un final que se cerraba poco a poco mientras los días pasaban, pero que de pronto, sin preverlo, buscarlo ni esperarlo, apareció una razón para volver a Swansea y seguir siendo feliz allí. Esta vez sí que hay alguien esperándome allí. Elegir vivir un Erasmus, y en esta ciudad, no podía haber sido mejor acierto. Gracias al destino, que me llevó por este camino.
En pocas palabras: Inolvidable. Única. Experiencia.
Gracias a todos los que hicieron posible que este sueño se hiciese realidad, a los que formasteis parte de este año, y a los que seguís en él para mucho tiempo, espero. Os llevasteis una parte de mi corazón, y yo os llevaré siempre en el mío.
Carta a un Cumpleaños
Querida Abuela,
No toda distancia es ausencia. Ni todo silencio es olvido.
Feliz cumpleaños, Abuela, donde quiera que estés.
Edurne (Edi)
No toda distancia es ausencia. Ni todo silencio es olvido.
Feliz cumpleaños, Abuela, donde quiera que estés.
Edurne (Edi)
17 de septiembre de 2012
Carta a una Caída
Querida Caída,
Sí, lo sé, es arriesgado. Pero si fuese fácil no merecería la pena, de eso estoy segura. Últimamente recibo consejos y palabras, a veces voy en busca de esos consejos porque necesito escuchar una frase de alivio y tranquilidad. Incluso necesito escuchar la verdad vista desde fuera. Otros consejos me llegan sin ser buscados ni pedidos. Por desgracia estos consejos contienen palabras que no quiero escuchar.
Miro hacia atrás y recuerdo varias caídas. De algunas se me avisó, de otras no. Esas caídas en las que no hice caso y terminé en el suelo me hicieron recapacitar y aprender del error. En cambio de las caídas que nadie me avisó, me caí, aprendí y me volví a levantar.
Recuerdo a mi sobrino Jorge, cuando cierto día de hace años intentó caminar por un terreno poco llano. Le avisé de que no siguiese caminando, porque iba a caerse. Seguí avisándole, pero no me escuchó y se cayó, haciéndose daño en las palmas de las manos y en las rodillas. Aprendió la lección y no volvió a caminar por ese lugar nunca más.
De todo se aprende, de las caídas y de los empujones. Tengo 21 años y necesito caerme por la misma razón de que tengo mucho que aprender todavía. Las caídas que no me maten me harán más fuerte, estoy segura. Aquellos que se creen con el poder y la verdad absoluta, pueden guardársela. Estoy avisada, tal vez me caiga o tal vez no, quién sabe. Hablad de mi vida cuando la vuestra sea un ejemplo. Y si aun así habláis, que sea para preguntaros qué o quién me hace feliz, qué es lo que quiero y su porqué. Tampoco os creáis que estáis lo suficientemente cerca de mí para cogerme si me caigo, incluso mi propia sombra me dejará sóla cuando venga la oscuridad. Si hay alguien que está leyendo ésto y está libre de pecados porque nunca se ha caído o nunca ha cometido errores, que me tire la piedra a la cabeza.
Que me tire esa y mil piedras más.
Os dejo una frase de Nietszche que leí hace poco: "Y aquellos que fueron vistos bailando fueron considerados locos por quiénes no podían oír la música.”
Sí, lo sé, es arriesgado. Pero si fuese fácil no merecería la pena, de eso estoy segura. Últimamente recibo consejos y palabras, a veces voy en busca de esos consejos porque necesito escuchar una frase de alivio y tranquilidad. Incluso necesito escuchar la verdad vista desde fuera. Otros consejos me llegan sin ser buscados ni pedidos. Por desgracia estos consejos contienen palabras que no quiero escuchar.
Miro hacia atrás y recuerdo varias caídas. De algunas se me avisó, de otras no. Esas caídas en las que no hice caso y terminé en el suelo me hicieron recapacitar y aprender del error. En cambio de las caídas que nadie me avisó, me caí, aprendí y me volví a levantar.
Recuerdo a mi sobrino Jorge, cuando cierto día de hace años intentó caminar por un terreno poco llano. Le avisé de que no siguiese caminando, porque iba a caerse. Seguí avisándole, pero no me escuchó y se cayó, haciéndose daño en las palmas de las manos y en las rodillas. Aprendió la lección y no volvió a caminar por ese lugar nunca más.
De todo se aprende, de las caídas y de los empujones. Tengo 21 años y necesito caerme por la misma razón de que tengo mucho que aprender todavía. Las caídas que no me maten me harán más fuerte, estoy segura. Aquellos que se creen con el poder y la verdad absoluta, pueden guardársela. Estoy avisada, tal vez me caiga o tal vez no, quién sabe. Hablad de mi vida cuando la vuestra sea un ejemplo. Y si aun así habláis, que sea para preguntaros qué o quién me hace feliz, qué es lo que quiero y su porqué. Tampoco os creáis que estáis lo suficientemente cerca de mí para cogerme si me caigo, incluso mi propia sombra me dejará sóla cuando venga la oscuridad. Si hay alguien que está leyendo ésto y está libre de pecados porque nunca se ha caído o nunca ha cometido errores, que me tire la piedra a la cabeza.
Que me tire esa y mil piedras más.
Os dejo una frase de Nietszche que leí hace poco: "Y aquellos que fueron vistos bailando fueron considerados locos por quiénes no podían oír la música.”
23 de julio de 2012
Carta a un Pensamiento
Querido Pensamiento,
Hoy las echo de menos. Echo en falta ser nieta de alguien. De mis abuelas. No me hacen falta grandilocuencias para escribirlo, no llenaré entradas para decirlo. De hecho no lo mencionaré. Ni haré poesía para expresar este vacío, simplemente porque no existen poesías de tantos versos y porque el vacío no tiene límite. Mil detalles y cosas y momentos y vivencias, forman un enorme sentimiento de falta y un pensamiento constante... el de ellas. Que nadie intente comprenderme, ya estoy yo conmigo misma para eso. No es justo haberlas perdido en tan poco tiempo. No es justo haberlas perdido.
Y es que hoy, y no sólo hoy, echo en falta a mis abuelas. Quería escribirlo, y ya lo he escrito.
Edurne (Edi)
Hoy las echo de menos. Echo en falta ser nieta de alguien. De mis abuelas. No me hacen falta grandilocuencias para escribirlo, no llenaré entradas para decirlo. De hecho no lo mencionaré. Ni haré poesía para expresar este vacío, simplemente porque no existen poesías de tantos versos y porque el vacío no tiene límite. Mil detalles y cosas y momentos y vivencias, forman un enorme sentimiento de falta y un pensamiento constante... el de ellas. Que nadie intente comprenderme, ya estoy yo conmigo misma para eso. No es justo haberlas perdido en tan poco tiempo. No es justo haberlas perdido.
Y es que hoy, y no sólo hoy, echo en falta a mis abuelas. Quería escribirlo, y ya lo he escrito.
Edurne (Edi)
2 de julio de 2012
Carta In Memoriam
Querida In Memoriam,
A Alfonso.
A Alfonso.
[Nota aclaratoria]: Alfonso fue una tortuga griega de 4cm de diámetro encontrada en el monte mientras Popea (perro mastín, 1991-2000) intentaba comérsela. Posteriormente y tras ser salvada de aquella fatídica muerte, fue obsequiada a mis abuelos que junto con sus 16 nietos y numerosos hijos/yernos/nueras alimentaron, cuidaron y mimaron desde su encuentro (1995 aproximadamente) hasta el día de su desparición (2008). Numerosos estudios e investigaciones apuntan a que Alfonso encontró una bolsa de basura abierta dentro de su habitat (el patio de atrás de la casa) y en un intento de encontrar víveres se introdujo en ella; tras lo cual fue retirado al contenedor de basura sin escapatoria alguna. Descansa en paz, Alfonso.
30 de junio de 2012
Carta a un Murmullo,
Los disparos alrededor nos impiden oír bien, pero la voz humana es diferente de otros sonidos, puede hacerse oír por encima de ruidos que lo inundan todo, aunque no este gritando, aunque sea un susurro. Hasta el murmullo mas leve silenciaría un ejercito... cuando dice la verdad.
Edurne (Edi)
Los disparos alrededor nos impiden oír bien, pero la voz humana es diferente de otros sonidos, puede hacerse oír por encima de ruidos que lo inundan todo, aunque no este gritando, aunque sea un susurro. Hasta el murmullo mas leve silenciaría un ejercito... cuando dice la verdad.
Edurne (Edi)
26 de junio de 2012
Carta a una Paloma
Querida Paloma,
Cuando coges una paloma con las manos y la aprietas mucho para que no se escape, la ahogas.
Pero si le das espacio, se te escapa.
Edurne (Edi)
Cuando coges una paloma con las manos y la aprietas mucho para que no se escape, la ahogas.
Pero si le das espacio, se te escapa.
Edurne (Edi)
22 de junio de 2012
Carta a un interior
Querido Interior,
En el colegio al que yo iba éramos todos blancos. Lo más 'diferente' que había era una niña adoptada de China, y una chica argentina que vive aquí desde hace años. Digo diferente porque los demás cumplíamos los mismos orígenes y patrones. Jamás me senté en un aula con alguien que no fuera de mi país, color o raza, hasta que fui a la Universidad. Una vez allí, compartí clase con gente de numerosos países y rincones del planeta.
Cuando necesito comprar un paraguas, un bolígrafo, vasos de plástico o adornos navideños, acudo a la tienda de todo a 1€ que hay frente a mi casa. Allí los dependientes son chinos, y casi todo es importado de allí. Justo enfrente pero hacia el otro lado, hay una tienda donde en mis noches de vagancia y apetito compro un kebap para cenar. Son de Pakistan.
Durante un año compartí piso con un turco, un indio y una rusa, y fue en un país en el que los cuatro éramos extranjeros. Aprendí cocina india, música turca y algo de grafía cirílica.
En mi segundo año de Universidad pasé largas horas y días con una chica procedente de un país, religión y cultura complétamente distinto. Ella llevaba hiyab. Yo no.
Como sabéis, me encanta bailar salsa. Esta música es precedente de países latinoamericanos, y he bailado junto a profesores procedentes de este lugar.
Pero siempre hay malas miradas. Nos quejamos de guettos, de inmigrantes, de violencia, de separaciones, de razas, etnias, colores, de fronteras creadas por el hombre, de no querer que los "otros" vengan sin recordar que nosotros nos fuimos hace muchos años también... En mi colegio se hubiesen quejado de haber habido niños de otros países en las aulas, hubo quién se escandalizó al saber de dónde procedían mis compañeros de piso, también hubo quién se volvió a mirarme cuando me vieron junto a una chica que "llevaba pañuelo". En cambio, todos aquellos que dijeron y miraron siguieron comprando sus artículos en 'los chinos' y siguieron comiendo kebaps.
Yo encontré algo similar en mis compañeros de piso, en mi amiga con hiyab, en mis compañeros de clase, en mis amigos: su gran belleza interior.
Que al final, el interior, es lo que importa.
Edurne (Edi)
En el colegio al que yo iba éramos todos blancos. Lo más 'diferente' que había era una niña adoptada de China, y una chica argentina que vive aquí desde hace años. Digo diferente porque los demás cumplíamos los mismos orígenes y patrones. Jamás me senté en un aula con alguien que no fuera de mi país, color o raza, hasta que fui a la Universidad. Una vez allí, compartí clase con gente de numerosos países y rincones del planeta.
Cuando necesito comprar un paraguas, un bolígrafo, vasos de plástico o adornos navideños, acudo a la tienda de todo a 1€ que hay frente a mi casa. Allí los dependientes son chinos, y casi todo es importado de allí. Justo enfrente pero hacia el otro lado, hay una tienda donde en mis noches de vagancia y apetito compro un kebap para cenar. Son de Pakistan.
Durante un año compartí piso con un turco, un indio y una rusa, y fue en un país en el que los cuatro éramos extranjeros. Aprendí cocina india, música turca y algo de grafía cirílica.
En mi segundo año de Universidad pasé largas horas y días con una chica procedente de un país, religión y cultura complétamente distinto. Ella llevaba hiyab. Yo no.
Como sabéis, me encanta bailar salsa. Esta música es precedente de países latinoamericanos, y he bailado junto a profesores procedentes de este lugar.
Pero siempre hay malas miradas. Nos quejamos de guettos, de inmigrantes, de violencia, de separaciones, de razas, etnias, colores, de fronteras creadas por el hombre, de no querer que los "otros" vengan sin recordar que nosotros nos fuimos hace muchos años también... En mi colegio se hubiesen quejado de haber habido niños de otros países en las aulas, hubo quién se escandalizó al saber de dónde procedían mis compañeros de piso, también hubo quién se volvió a mirarme cuando me vieron junto a una chica que "llevaba pañuelo". En cambio, todos aquellos que dijeron y miraron siguieron comprando sus artículos en 'los chinos' y siguieron comiendo kebaps.
Yo encontré algo similar en mis compañeros de piso, en mi amiga con hiyab, en mis compañeros de clase, en mis amigos: su gran belleza interior.
Que al final, el interior, es lo que importa.
Edurne (Edi)
9 de junio de 2012
Carta a unas preguntas
Queridas Preguntas,
1. ¿Crees que el mundo se está acabando?
Sí, claro. Roma se cayó, Constantinopla, el Imperio Otomano.... Ahora nos toca a nosotros. Maldita crisis. Pero alguien, en algún siglo, levantará el mundo de nuevo. ¡Suertudos los que lo vean!
2. ¿Cuál es tu posición favorita en un coche?
Asiento trasero, izquierda. Tiene su porqué.
1. ¿Crees que el mundo se está acabando?
Sí, claro. Roma se cayó, Constantinopla, el Imperio Otomano.... Ahora nos toca a nosotros. Maldita crisis. Pero alguien, en algún siglo, levantará el mundo de nuevo. ¡Suertudos los que lo vean!
2. ¿Cuál es tu posición favorita en un coche?
Asiento trasero, izquierda. Tiene su porqué.
3. ¿Cuál es tu precio?
Si lo hubiera, no podrías pagarlo.
4. ¿Qué comida jamás probarías?
Mi perro cocinado.
5. ¿Por quién o por qué serías un kamikaze?
No nací para causas perdidas.
6. ¿Has odiado de verdad a alguien?
No nací para causas perdidas.
6. ¿Has odiado de verdad a alguien?
Sí. No tengo porqué callármelo. Los sentimientos son gratis y libres.
7. ¿Cuál de tus manías soportas mejor?
Para mí mis manías son necesarias e inevitables. Pregúntale a quien las soporte.
8. ¿Te valdría de algo ser inmortal?
Sí, sí valdría. Pero para eso tendría que ser joven toda la vida.
9. ¿Compensa ir de farol por la vida?
Cuando lo haga, te lo cuento. Por ahora no tengo ni idea.
10. ¿Qué parte de tu persona no comprendes?
El porqué Dios decidió que pudiera quedarme, en algún momento de mi vida, embarazada (y todo lo relacionado a ello, regla...). ¡Por qué no los hombres!
11. ¿Te gustan las películas porno con argumento?
El argumento de una peli porno, es el porno, ¿no?
12. ¿Cuál es tu trozo de piel más sensible?
¡Curioso!
13. ¿Cómo sería para ti un extraterrestre?
Un E.T. Ya que he superado el miedo que le tenía, me gustaría tener uno como mascota.
14. ¿Preferirías vivir en la luna?
Ya lo hago, cuando no tengo la cabeza en la tierra.
15. ¿Merece la pena saber morir?
Lo que merece la pena es saber vivir, eso te lo garantizo.
16. ¿Qué harías si poseyeses esclavos?
Ordenarles que me pasaran los apuntes.
17. ¿Te cambiarías el nombre si te lo pidiesen?
Bastante me cuesta que se aprendan el mío.... Pero no me importaría que Edi fuera oficial.
18. ¿Cómo te imaginas a tus tatarabuelos?
Me los imagino como alguien importante.
19. ¿Y a tus bisnietos?
Me temo que mis genes se extinguirán conmigo.
20. ¿Te molesta juzgar a los demás?
¿Molestar? Ese no es el verbo.
21. ¿Qué frontera jamás cruzarías?
Una que no pudiera cruzarla de vuelta para salir de ella.
22. ¿Hasta que número sabes contar?
¿Crees que me he puesto a contar para adivinarlo?
23. ¿Te gusta meterte en charcos?
Siempre lo he hecho, sobre todo para mojar a quienes van a mi lado.
24. ¿Conoces a todos tus enemigos?
No, la vida es demasiado corta para ello. Y, además, ellos tampoco me conocen.
25. ¿Cuál sería tu epitafio en cuatro palabras?
Por fin dejo de hacer el vago. Lo sé, son más de 4.
Edurne (Edi)
Edurne (Edi)
20 de mayo de 2012
Carta 366 días después
Queridos 366 días después,
Han pasado 366 días desde la muerte de mi abuela. "Abuela" y "muerte" son dos palabras que no me gusta leer en una misma frase, ni decirlas, ni oirlas. Mucho menos escribirlas. Hoy hace 366 días que los ojos más bonitos de todo Córdoba se cerraron para siempre.
Cada olor, cada sabor, cada objeto, foto o recuerdo, lleva a mi mente a un viaje donde la realidad y la ficción se confunden. No recuerdo todo lo que ocurrió, ni lo que quise que ocurriese, ni lo que ocurrió y no quise. Incluso, a veces, pienso que nunca exististe. Cuando pienso en un recuerdo agradable, no puedo evitar sino sonreir y encontrarme a mí misma en un estado de tranquilidad incomparable. Pero tras unos segundos mi sonrisa se desvanece, y comienzan los recuerdos de aquella habitación 337B, recuerdos de despedidas, lágrimas imparables, triunfos con poco sentido, fechas desmarcadas. Mi cabeza vive en una realidad paralela, no quiere ni puede admitir que hay vacíos que no se llenan, y que hay caídas de las que es imposible levantarse.
Hace un año que Cartas a Los Míos ondea a media asta. No encuentro palabras que me llenen, ni siquiera frases como "todos pasamos por ello" o "era sólo tu abuela" hacen que me sienta mejor. Esta lucha es sólo mía, debo comprender mis propias palabras, debo aceptar que no siempre en la vida están junto a mí quienes yo quiero. Debo equilibrar demasiadas cosas para volver a ser yo misma y dejar de echar de menos a quien un día fui; y volver a la vida, aunque haya perdido el interés por estar en ella sin ti. No hay palabras para explicar el dolor que sólo yo sé que estoy sintiendo.
Un millón de palabras no te traerán de vuelta. Lo sé porque lo he intentado. Ni un millón de lágrimas tampoco, ya las he llorado.
Tú, abuela, que quererte ha sido todo lo que he sabido hacer bien en la vida,
Edurne (Edi)
Han pasado 366 días desde la muerte de mi abuela. "Abuela" y "muerte" son dos palabras que no me gusta leer en una misma frase, ni decirlas, ni oirlas. Mucho menos escribirlas. Hoy hace 366 días que los ojos más bonitos de todo Córdoba se cerraron para siempre.
Cada olor, cada sabor, cada objeto, foto o recuerdo, lleva a mi mente a un viaje donde la realidad y la ficción se confunden. No recuerdo todo lo que ocurrió, ni lo que quise que ocurriese, ni lo que ocurrió y no quise. Incluso, a veces, pienso que nunca exististe. Cuando pienso en un recuerdo agradable, no puedo evitar sino sonreir y encontrarme a mí misma en un estado de tranquilidad incomparable. Pero tras unos segundos mi sonrisa se desvanece, y comienzan los recuerdos de aquella habitación 337B, recuerdos de despedidas, lágrimas imparables, triunfos con poco sentido, fechas desmarcadas. Mi cabeza vive en una realidad paralela, no quiere ni puede admitir que hay vacíos que no se llenan, y que hay caídas de las que es imposible levantarse.
Hace un año que Cartas a Los Míos ondea a media asta. No encuentro palabras que me llenen, ni siquiera frases como "todos pasamos por ello" o "era sólo tu abuela" hacen que me sienta mejor. Esta lucha es sólo mía, debo comprender mis propias palabras, debo aceptar que no siempre en la vida están junto a mí quienes yo quiero. Debo equilibrar demasiadas cosas para volver a ser yo misma y dejar de echar de menos a quien un día fui; y volver a la vida, aunque haya perdido el interés por estar en ella sin ti. No hay palabras para explicar el dolor que sólo yo sé que estoy sintiendo.
Un millón de palabras no te traerán de vuelta. Lo sé porque lo he intentado. Ni un millón de lágrimas tampoco, ya las he llorado.
Tú, abuela, que quererte ha sido todo lo que he sabido hacer bien en la vida,
Edurne (Edi)
18 de mayo de 2012
14 de mayo de 2012
Carta...
Querida...
Deberíamos ser capaces de distinguir entre el amor y la necesidad de no estar sólo.
Queda dicho.
Edurne (Edi)
Deberíamos ser capaces de distinguir entre el amor y la necesidad de no estar sólo.
Queda dicho.
Edurne (Edi)
7 de mayo de 2012
Carta a una Generación Perdida
Querida Generación,
Hasta en la sopa. No hay rincón, ni página web, ni conversación, en la que no se mencione a la Generación Perdida. Se trata de la generación de aquellos que nacimos entre los años 80 y 90. Una crisis mundial y un sistema politico que fácilmente podría ser mejorable, han llevado a mi generación a la... ¿perdición?
Meses me quedan para terminar la carrera, y es entonces cuando me lanzaré al más oscuro de los vacíos. Como yo, muchos han hecho lo que se esperaba de nosotros para prosperar en esta vida y sociedad. Mis padres apostaron por un colegio privado en donde se impartía una educación católica, querían que me formase junto a los que ellos creían los mejores. Aprendí idiomas, viajé al extranjero a perfeccionarlos, y pasé mis horas sentada en academias para mejorar. No repetí ningún curso, y aceptada por dos universidades de cierto prestigio, entré en una de ellas sin ningún obstáculo. Tras dos años entre sus aulas y uno en el extranjero con beca Erasmus, me encuentro con lo siguiente: Nada.
Vale, miento. Me encuentro con una incertidumbre que aún no me quitan el sueño, pero sé que algún día lo harán. Tras mi último año de carrera que a punto está de empezar, tendrá lugar mi graduación. Lo que vendrá después, es un misterio. El Gobierno de mi país, junto con la cuenta bancaria de mi padre, han empleado un dinero en formarme como Licenciada, para después ocupar mi tiempo en la cola del paro. O, en el mejor de los casos, trabajar para otro país con la esperanza de en un futuro, volver a casa. También existe la opción de trabajar de sol a sol por un sueldo mísero durante un tiempo limitado.
Y si me voy, ¿qué ocurrirá con quienes se queden? Miro a mis sobrinos que apenas levantan un metro del suelo, a mis primos, a mis alumnos de primaria, e incluso a las embarazadas que están a punto de traer criaturas a este mundo... ¿qué será de todos ellos? ¿Quién construirá un futuro mejor para ellos? ¿Quién se quedará a apostar por que no les suceda lo mismo que a nosotros?
Dudo de si ha merecido la pena gastar tantas cifras en mi educación, en si ha sido útil estar tanto rato frente a los libros... Mi generación no merece llamarse Generación Perdida. Es una generación destruída por la generación anterior. Dicen que nos lo dieron todo, ¿pero quién lo pidió? También dicen que ni-trabajamos, ni-estudiamos... Os cuento un secreto: la motivación va y la oportunidad van de la mano. Por supuesto, no son pocos quienes se suman al carro de la excusa.
Muchas dudas y preguntas sin resolver. El tiempo me darán la respuesta.
Mientras, os recomiendo el documental Generación Perdida, del programa Documentos TV. Haced click aquí.
Edurne (Edi)
Hasta en la sopa. No hay rincón, ni página web, ni conversación, en la que no se mencione a la Generación Perdida. Se trata de la generación de aquellos que nacimos entre los años 80 y 90. Una crisis mundial y un sistema politico que fácilmente podría ser mejorable, han llevado a mi generación a la... ¿perdición?
Meses me quedan para terminar la carrera, y es entonces cuando me lanzaré al más oscuro de los vacíos. Como yo, muchos han hecho lo que se esperaba de nosotros para prosperar en esta vida y sociedad. Mis padres apostaron por un colegio privado en donde se impartía una educación católica, querían que me formase junto a los que ellos creían los mejores. Aprendí idiomas, viajé al extranjero a perfeccionarlos, y pasé mis horas sentada en academias para mejorar. No repetí ningún curso, y aceptada por dos universidades de cierto prestigio, entré en una de ellas sin ningún obstáculo. Tras dos años entre sus aulas y uno en el extranjero con beca Erasmus, me encuentro con lo siguiente: Nada.
Vale, miento. Me encuentro con una incertidumbre que aún no me quitan el sueño, pero sé que algún día lo harán. Tras mi último año de carrera que a punto está de empezar, tendrá lugar mi graduación. Lo que vendrá después, es un misterio. El Gobierno de mi país, junto con la cuenta bancaria de mi padre, han empleado un dinero en formarme como Licenciada, para después ocupar mi tiempo en la cola del paro. O, en el mejor de los casos, trabajar para otro país con la esperanza de en un futuro, volver a casa. También existe la opción de trabajar de sol a sol por un sueldo mísero durante un tiempo limitado.
Y si me voy, ¿qué ocurrirá con quienes se queden? Miro a mis sobrinos que apenas levantan un metro del suelo, a mis primos, a mis alumnos de primaria, e incluso a las embarazadas que están a punto de traer criaturas a este mundo... ¿qué será de todos ellos? ¿Quién construirá un futuro mejor para ellos? ¿Quién se quedará a apostar por que no les suceda lo mismo que a nosotros?
Dudo de si ha merecido la pena gastar tantas cifras en mi educación, en si ha sido útil estar tanto rato frente a los libros... Mi generación no merece llamarse Generación Perdida. Es una generación destruída por la generación anterior. Dicen que nos lo dieron todo, ¿pero quién lo pidió? También dicen que ni-trabajamos, ni-estudiamos... Os cuento un secreto: la motivación va y la oportunidad van de la mano. Por supuesto, no son pocos quienes se suman al carro de la excusa.
Muchas dudas y preguntas sin resolver. El tiempo me darán la respuesta.
Mientras, os recomiendo el documental Generación Perdida, del programa Documentos TV. Haced click aquí.
Edurne (Edi)
25 de abril de 2012
Carta a un Año
Querido Año,
Edurne (Edi)
Casi sin distinguir entre si fue ayer o han pasado tres eternidades por medio... hoy hace un año que te vi por última vez. Recuerdo mi estado de serenidad, que cuanto menos me extrañó a mí misma. Esa tranquilidad y paz interior que me recorría por dentro cuando te di dos besos y te dije que te quería, mientras me abrazaste del cuello y me dijiste que era la más bonita de todas...
Ha pasado un año desde que te prometí que al pasar un mes volvería a verte. 366 días desde que te dije adiós, te sonreí y te di la botella de agua que recién te había comprado.
Gracias por conseguir que el último momento no fuera ni mucho menos triste. Nunca imaginé que tras salir de la habitación 337B jamás te iba a volver a ver. De haberlo sabido... qué no habría hecho de haberlo sabido...
11 de abril de 2012
Carta a Esta Noche
Querida Noche,
Y aquellas noches cuando mirábamos las estrellas mientras me contaste que cualquier lugar en la Tierra por muy lejos que esté siempre estará bajo el mismo cielo. Tras el beso final, y los buenos deseos nocturnos. Esas noches, en donde cualquier luz me iluminaba lo suficiente para no despertarte. Cuando el silencio de mis movimientos se mezclaba con el sonido de tu respiración. Sonido lento, relajante, seguro.
Esta noche me muevo entre la perdición de no recibir ningún buen deseo. Mi respiración se acelera al no encontrar ninguna luz que me ilumine. Sólo me queda un cielo estrellado al que mirar, mientras sé con certeza de que cada noche me das un beso desde allí arriba.
Por si aquella noche no te lo dije, o no lo escuchaste, o no lo repetí lo suficiente, quiero decirte que a pesar de esta ausencia y este dolor que siento desde hace meses, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero...
Y aquellas noches cuando mirábamos las estrellas mientras me contaste que cualquier lugar en la Tierra por muy lejos que esté siempre estará bajo el mismo cielo. Tras el beso final, y los buenos deseos nocturnos. Esas noches, en donde cualquier luz me iluminaba lo suficiente para no despertarte. Cuando el silencio de mis movimientos se mezclaba con el sonido de tu respiración. Sonido lento, relajante, seguro.
Esta noche me muevo entre la perdición de no recibir ningún buen deseo. Mi respiración se acelera al no encontrar ninguna luz que me ilumine. Sólo me queda un cielo estrellado al que mirar, mientras sé con certeza de que cada noche me das un beso desde allí arriba.
Por si aquella noche no te lo dije, o no lo escuchaste, o no lo repetí lo suficiente, quiero decirte que a pesar de esta ausencia y este dolor que siento desde hace meses, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero...
Y te querré el resto de las noches y de los días.
Edurne (Edi)
5 de abril de 2012
Carta a mucho más
Querid@ por mucho más...
Porque nunca me tuviste que llevar al McDonalds a merendar para sentir que pasabas un tiempo concreto conmigo. Porque me esperaste fuera del quirófano las cuatro veces que tuve que entrar. Porque lloramos juntos el día que perdimos a quien no creíamos que tanta falta nos hacía. Porque me viste nacer y fuiste el primero en cogerme para no soltarme nunca. Porque te llevaste a tu oficina la tortuga fea y deforme de cerámica que te hice con 4 años, y la conservaste hasta que la injusticia entró por aquella puerta. Porque aceptas mis consejos con jerseys rosa y verde pistacho. Y no fuiste a aquella reunión por escuchar mi concierto de guitarra, y no me gritaste demasiado el día que me hice un pendiente en la oreja sin tu permiso. Y te levantaste a las 4am la noche que te pedí que vinieras a buscarme, y me compraste un libro el día que me viste triste. Y confieso que si sentí rabia cuando me dijiste que me parecía a ti, era sólo porque sé que jamás llegaré a ser como tú (un hoyuelo y cosquillas en las rodillas no se tienen así como así). Porque sé que "depende de como te portes" siempre termina siendo que sí.
Y me sentaste en tus rodillas el día que no llegaba ni a la mesa, para verme escribir lo que hoy se convierten en cartas. Y me sigues leyendo el primero, y creyendo en lo que escribo casi más que yo misma.
Porque eres, y serás siempre, el primer hombre del que me enamoré.
Por ésto, y por mucho más...
¡Feliz cumpleaños, papá!
Edurne (Edi)
Porque nunca me tuviste que llevar al McDonalds a merendar para sentir que pasabas un tiempo concreto conmigo. Porque me esperaste fuera del quirófano las cuatro veces que tuve que entrar. Porque lloramos juntos el día que perdimos a quien no creíamos que tanta falta nos hacía. Porque me viste nacer y fuiste el primero en cogerme para no soltarme nunca. Porque te llevaste a tu oficina la tortuga fea y deforme de cerámica que te hice con 4 años, y la conservaste hasta que la injusticia entró por aquella puerta. Porque aceptas mis consejos con jerseys rosa y verde pistacho. Y no fuiste a aquella reunión por escuchar mi concierto de guitarra, y no me gritaste demasiado el día que me hice un pendiente en la oreja sin tu permiso. Y te levantaste a las 4am la noche que te pedí que vinieras a buscarme, y me compraste un libro el día que me viste triste. Y confieso que si sentí rabia cuando me dijiste que me parecía a ti, era sólo porque sé que jamás llegaré a ser como tú (un hoyuelo y cosquillas en las rodillas no se tienen así como así). Porque sé que "depende de como te portes" siempre termina siendo que sí.
Y me sentaste en tus rodillas el día que no llegaba ni a la mesa, para verme escribir lo que hoy se convierten en cartas. Y me sigues leyendo el primero, y creyendo en lo que escribo casi más que yo misma.
Porque eres, y serás siempre, el primer hombre del que me enamoré.
Por ésto, y por mucho más...
¡Feliz cumpleaños, papá!
Edurne (Edi)
31 de marzo de 2012
Carta en Memoria
Querida Memoria,
"Vivir con el alma aferrada a un dulce recuerdo que lloro otra vez..."
A mis abuelos, in memoriam.
Edurne (Edi)
"Vivir con el alma aferrada a un dulce recuerdo que lloro otra vez..."
A mis abuelos, in memoriam.
Edurne (Edi)
29 de marzo de 2012
Carta a Oh...
Querido Oh...
Oh... tú que dejas un comentario en anónimo deberías saber... que el texto no estaba sacado de un blog, sino de una obra de William Shakespeare (Enrique V).
Oh... qué pena que no sepas descifrar las iniciales W.S. para saber de quién se trataba el autor.
Oh... que te crees de lo mas guay y adivino por comentar de ese modo. ¡Anónimo!
Oh...
Oh.......
Edurne (Edi)
Oh... tú que dejas un comentario en anónimo deberías saber... que el texto no estaba sacado de un blog, sino de una obra de William Shakespeare (Enrique V).
Oh... qué pena que no sepas descifrar las iniciales W.S. para saber de quién se trataba el autor.
Oh... que te crees de lo mas guay y adivino por comentar de ese modo. ¡Anónimo!
Oh...
Oh.......
Edurne (Edi)
27 de marzo de 2012
Cart a un Contratiempo
Querido Contratiempo,
Os conozco a todos y pos ahora he de seguiros por la vena desatada de vuestra ociosidad. De este modo imitaré al Sol, que graciosamente permite a las viles y malsanas nubes ahogar ante el mundo su belleza para que, añorado, cuando le plaza de nuevo ser él mismo, se le admire al brillar, entre las nieblas inmundas que parecían asfixiarlo. Si todo el año fuese un día de fiesta, el juego aburriría igual que el trabajo, pero cuando escasea la fiesta es deseada pues la rara ocasión gusta.
Así que, cuando deje esta vida y pague la deuda que nunca prometí, desmentiré las expectativas de la gente mostrándome algo mejor que mi palabra, y como un metal radiante en fondo oscuro, mi transformación brillará sobre todas mis culpas con la luz más intensa que podáis soportar y una admiración que nunca podrá resaltar demasiado. Ofendiendo en todo momento, haré un arte de la ofensa, redimiendo chanzas en el tiempo y para todos será contratiempo.
W.S.
Edurne (Edi)
Os conozco a todos y pos ahora he de seguiros por la vena desatada de vuestra ociosidad. De este modo imitaré al Sol, que graciosamente permite a las viles y malsanas nubes ahogar ante el mundo su belleza para que, añorado, cuando le plaza de nuevo ser él mismo, se le admire al brillar, entre las nieblas inmundas que parecían asfixiarlo. Si todo el año fuese un día de fiesta, el juego aburriría igual que el trabajo, pero cuando escasea la fiesta es deseada pues la rara ocasión gusta.
Así que, cuando deje esta vida y pague la deuda que nunca prometí, desmentiré las expectativas de la gente mostrándome algo mejor que mi palabra, y como un metal radiante en fondo oscuro, mi transformación brillará sobre todas mis culpas con la luz más intensa que podáis soportar y una admiración que nunca podrá resaltar demasiado. Ofendiendo en todo momento, haré un arte de la ofensa, redimiendo chanzas en el tiempo y para todos será contratiempo.
W.S.
Edurne (Edi)
20 de marzo de 2012
Carta 81
Queridos 81,
Hacía rato que estaba en la cama, escuchando música con mi ipod como cada noche antes de dormir. Pero no he podido dormirme, mis ojos al contrario de dormir sólo soltaban lágrimas. Lágrimas de añoranza y tristeza. No sé muy bien de qué, sólo lágrimas. Hace días que no duermo como de costumbre, pero sólo hoy he decidido volver a incorporarme, encender el pc y escribir.
Hoy alguien demasiado cercano a mí cumple 81 años. Desde hace tiempo esa persona olvida mil y un momentos, como las navidades en aquella casa de Madrid, las tardes merendando en Mc Donalds, los mediodías esperándome a la salida del colegio, las partidas a las cartas y al parchis, las pastitas (bueno, no, ésto último no), la paga semanal o mensual o diaria o quién sabe, los ratos jugando al escondite o al veo-veo, los ratos de risas que nos has regalado, la serpiente de juguete con la que asustábamos a todos, los paseos por Dato o los dulces que comíamos a escondidas de que mi madre lo supiera y que yo juré guardar esos momentos en secreto eternamente. Esa persona olvida éstos momentos, y en ocasiones, me olvida a mí también. No la culpo, es ese 'tick' que hace que la gente a cierta edad deje de recordar hasta lo más básico. Sé con más certeza de la que puedo jurar, que ella jamás de los jamases me olvidaría con intención.
Quedan pocos días para que bajes las escaleras de tu casa para no volverlas a subir nunca más. Irás a donde tu mente se irá apagando a mayor velocidad, lo sé. Y yo me siento triste por ello. Triste por saber que esos momentos jamás se repetirán, y triste por saber que pronto olvidarás incluso tu propio nombre.
Necesito aclarar que yo te recordaré el resto de mi vida, y que los mejores momentos de mi infancia jamás se irán de mi memoria. Gracias por haber formado parte de ellos.
Edurne (Edi)
Hacía rato que estaba en la cama, escuchando música con mi ipod como cada noche antes de dormir. Pero no he podido dormirme, mis ojos al contrario de dormir sólo soltaban lágrimas. Lágrimas de añoranza y tristeza. No sé muy bien de qué, sólo lágrimas. Hace días que no duermo como de costumbre, pero sólo hoy he decidido volver a incorporarme, encender el pc y escribir.
Hoy alguien demasiado cercano a mí cumple 81 años. Desde hace tiempo esa persona olvida mil y un momentos, como las navidades en aquella casa de Madrid, las tardes merendando en Mc Donalds, los mediodías esperándome a la salida del colegio, las partidas a las cartas y al parchis, las pastitas (bueno, no, ésto último no), la paga semanal o mensual o diaria o quién sabe, los ratos jugando al escondite o al veo-veo, los ratos de risas que nos has regalado, la serpiente de juguete con la que asustábamos a todos, los paseos por Dato o los dulces que comíamos a escondidas de que mi madre lo supiera y que yo juré guardar esos momentos en secreto eternamente. Esa persona olvida éstos momentos, y en ocasiones, me olvida a mí también. No la culpo, es ese 'tick' que hace que la gente a cierta edad deje de recordar hasta lo más básico. Sé con más certeza de la que puedo jurar, que ella jamás de los jamases me olvidaría con intención.
Quedan pocos días para que bajes las escaleras de tu casa para no volverlas a subir nunca más. Irás a donde tu mente se irá apagando a mayor velocidad, lo sé. Y yo me siento triste por ello. Triste por saber que esos momentos jamás se repetirán, y triste por saber que pronto olvidarás incluso tu propio nombre.
Necesito aclarar que yo te recordaré el resto de mi vida, y que los mejores momentos de mi infancia jamás se irán de mi memoria. Gracias por haber formado parte de ellos.
Edurne (Edi)
19 de marzo de 2012
18 de marzo de 2012
Carta a una Crítica
Querida Crítica,
Hace unos días escuché con mis propios oídos cómo alguien vapuleaba y hacía críticas despectivas hacia dos escritores, Gabriel García Márquez e Isabel Allende concretamente. Ante ésto, no he podido evitar el escribir una entrada en Éste mi Blog. Es lo que tiene meterse con los grandes, que recibes críticas a lo grande.
En primer lugar, 'persona' que osó a hacer crítica de ellos, debes saber que para insulta el que puede, y no el que quiere. Acepto que haya a quienes no les guste el queso y lo digan abiertamente, pese a que haya países enteros con un queso para cada día del año. Pero lejos de comparar el queso con Gabo y Allende, debes saber que para vapulear a alguien que escribe, debes saber escribir. Debes saber que entre "a ver" y "haber" hay diferencia, y que "por qué", "porque" y "porqué" no son siempre lo mismo.
Pero el colmo es cuando sentencias que lo que estos dos Escritores (en mayúscula) escriben, lo harías tú con los ojos cerrados. A modo de información te diré que Allende es considerada como la escritora de lengua española más leída del mundo. Además, fue Premio Nacional de Literatura en el 2010, Doctora Honoris Causa por la Universidad de Trento (Italia) y recientemente en el 2011 ganó la primera edición e los premios Hans Christian Andersen. Todos estos premios son sólo un pequeño porcentaje de los que ha recibido, y desde luego, de los que merece. De Gabo sólo diré que fue Premio Nobel de Literatura en 1982. Necesitaría un blog entero para hacer justicia a ambos escritores. ¡Ah! Te invito a que leas algo de Christian Andersen.
Así que, con todo ésto, me surge la duda de qué novelas has leído de estos Escritores para hacer crítica de este modo. ¿Tal vez compartiste la pena de Allende en su novela Paula? ¿Reflexionaste junto a ella en La Casa de los Espíritus? ¿O quizás la viste en el cine junto con De Amor y Sombras? Y en lo que a García Márquez se refiere, ¿leíste su áutobiográfica Vivir para Contarla? ¿O te dejaste sorprender por su última novela, Memoria de mis Putas Tristes?
Sea como fuere, el día que tú, 'persona', alcances éste mismo nivel, tus novelas den la vuelta al mundo y se traduzcan a diferentes idiomas, recibas tantos premios y galardones, lleven al teatro y al cine tus novelas.... entonces ese día, alguien te permitirá que critiques a Isabel Allende y Gabriel García Márquez.
Pero ese alguien, no seré yo.
Edurne (Edi)
Hace unos días escuché con mis propios oídos cómo alguien vapuleaba y hacía críticas despectivas hacia dos escritores, Gabriel García Márquez e Isabel Allende concretamente. Ante ésto, no he podido evitar el escribir una entrada en Éste mi Blog. Es lo que tiene meterse con los grandes, que recibes críticas a lo grande.
En primer lugar, 'persona' que osó a hacer crítica de ellos, debes saber que para insulta el que puede, y no el que quiere. Acepto que haya a quienes no les guste el queso y lo digan abiertamente, pese a que haya países enteros con un queso para cada día del año. Pero lejos de comparar el queso con Gabo y Allende, debes saber que para vapulear a alguien que escribe, debes saber escribir. Debes saber que entre "a ver" y "haber" hay diferencia, y que "por qué", "porque" y "porqué" no son siempre lo mismo.
Pero el colmo es cuando sentencias que lo que estos dos Escritores (en mayúscula) escriben, lo harías tú con los ojos cerrados. A modo de información te diré que Allende es considerada como la escritora de lengua española más leída del mundo. Además, fue Premio Nacional de Literatura en el 2010, Doctora Honoris Causa por la Universidad de Trento (Italia) y recientemente en el 2011 ganó la primera edición e los premios Hans Christian Andersen. Todos estos premios son sólo un pequeño porcentaje de los que ha recibido, y desde luego, de los que merece. De Gabo sólo diré que fue Premio Nobel de Literatura en 1982. Necesitaría un blog entero para hacer justicia a ambos escritores. ¡Ah! Te invito a que leas algo de Christian Andersen.
Así que, con todo ésto, me surge la duda de qué novelas has leído de estos Escritores para hacer crítica de este modo. ¿Tal vez compartiste la pena de Allende en su novela Paula? ¿Reflexionaste junto a ella en La Casa de los Espíritus? ¿O quizás la viste en el cine junto con De Amor y Sombras? Y en lo que a García Márquez se refiere, ¿leíste su áutobiográfica Vivir para Contarla? ¿O te dejaste sorprender por su última novela, Memoria de mis Putas Tristes?
Sea como fuere, el día que tú, 'persona', alcances éste mismo nivel, tus novelas den la vuelta al mundo y se traduzcan a diferentes idiomas, recibas tantos premios y galardones, lleven al teatro y al cine tus novelas.... entonces ese día, alguien te permitirá que critiques a Isabel Allende y Gabriel García Márquez.
Pero ese alguien, no seré yo.
Edurne (Edi)
13 de marzo de 2012
Carta a una Nueva Compañera
Querida Nueva Compañera,
Démosle la bienvenida a una nueva compañera en este mundo de los blogs. Es un grito y una apuesta por la Filosofía, en mayúsculas. Viene con ganas de pronunciar el amor por esta disciplina, escasa en nuestros tiempos pero no por ello menos fuerte.
¡BIENVENIDA, ARRATE!
Y que sepáis, que cada vez que leáis una de mis cartas y no visitéis Filosofía para vivir, Vivir para filosofar, tendréis 7 horas de mala suerte en vuestra vida sexual ;)
Edurne (Edi)
Démosle la bienvenida a una nueva compañera en este mundo de los blogs. Es un grito y una apuesta por la Filosofía, en mayúsculas. Viene con ganas de pronunciar el amor por esta disciplina, escasa en nuestros tiempos pero no por ello menos fuerte.
¡BIENVENIDA, ARRATE!
Y que sepáis, que cada vez que leáis una de mis cartas y no visitéis Filosofía para vivir, Vivir para filosofar, tendréis 7 horas de mala suerte en vuestra vida sexual ;)
Edurne (Edi)
8 de marzo de 2012
Carta al 8 de Marzo
Querido 8 de Marzo,
A pesar de que yo soy mujer los restantes 364 días del año, hoy, por ser 8 de Marzo, os dejo este video.
Feliz Día de la Mujer.
Edurne (Edi)
A pesar de que yo soy mujer los restantes 364 días del año, hoy, por ser 8 de Marzo, os dejo este video.
Feliz Día de la Mujer.
Edurne (Edi)
21 de febrero de 2012
Carta a Dar y Recibir
Querido Dar y Recibir,
Decía Gerardo Diego que "Amar no es pedir, es dar".
Todos nos encontramos con ese momento en el que cierta persona no valora lo que le hemos dado. Puede que incluso no vea que ha recibido algo. Este sentimiento rondaba mi cabeza hace no mucho tiempo, cuando todo lo dado a una persona parecía haber caído en un agujero sin fondo.
Sin embargo, soy feliz dando. Sí, dar me hace feliz. Independientemente de después recibir lo mismo o no. Me encanta maquinar alguna sorpresa o cualquier cosa para otra persona, pensar en qué le gustará y porqué, en su reacción, en que pueda hacerle feliz el día con un mínimo. Aunque son inevitables los momentos de bajón porque alguien no corresponde ni con un 'gracias', y sientes que dar todo a la pared es inútil. Qué le voy a hacer, yo soy así, es inevitable, sin dar no habría Edurne. Ser así me hace feliz.
Pero entonces llega un día, en el que te despiertas y te encuentras con que has recibido un paquete de 5 amigos de Bilbao, cargado de buenos deseos y regalos increíbles. Y es lo que hace que el día merezca la pena, que la vida merezca la pena.

Edurne (Edi)
15 de febrero de 2012
Carta a una Opción
Querida Opción,
Tal vez no sea la opción más delgada, ni más alta, ni más baja, de todo el gallinero. Claro que todo depende de según como se mira, como decían los de Jarabe de Palo. De todas formas, no me busques por el gallinero, posiblemente si me encuentras ahí será porque esté buscando la salida.
Puede que no sea la primera opción, raro sería. También puede que no te decidas a elegir, o que contemples otras posibilidades antes que la mía. Tampoco tú serías mi primera opción.
Sólo aclarar que nadie me elige. Pero de todas formas, no soy una mala opción.
Edurne (Edi)
Tal vez no sea la opción más delgada, ni más alta, ni más baja, de todo el gallinero. Claro que todo depende de según como se mira, como decían los de Jarabe de Palo. De todas formas, no me busques por el gallinero, posiblemente si me encuentras ahí será porque esté buscando la salida.
Puede que no sea la primera opción, raro sería. También puede que no te decidas a elegir, o que contemples otras posibilidades antes que la mía. Tampoco tú serías mi primera opción.
Sólo aclarar que nadie me elige. Pero de todas formas, no soy una mala opción.
Edurne (Edi)
12 de febrero de 2012
Carta a una Foto
Querida Foto,
El mundo árabe sigue ardiendo a la vuelta de la esquina.
Edurne (Edi)
4 de febrero de 2012
Carta a 21
Queridos 21,
Pues sí, ayer a las 00.00 soplé 21 velas de cumpleaños.
Estoy feliz por ser mayor de edad en todo el mundo y poder comprar cuchillas de afeitar en el Reino Unido.
Me acosté sabiendo que hoy sería el primer cumpleaños en el que no iba a recibir la felicitación de cumpleaños de mi abuela. Cada año mi madre le llamaba el día anterior para recordárselo, aunque ella me llamaba mientras yo estaba en el colegio y tenía que llamarle yo al volver a casa a medio día :)
Pero hoy, desde el cielo me ha enviado nieve, que por si no lo sabíais Edurne significa Nieves. Así que hoy el cielo nieva por mí. ¡Gracias!
[FOTO]: Dentro de X años mis hijos se reirán por las gafas que su madre llevaba a los 21. Pero por ahora, así voy por la vida.
Edurne (Edi)
31 de enero de 2012
Carta a una Parte
Querida Parte,
Ahora, mis queridos lectores, viene la parte en la que me olvido de aquellos que no merecen ninguna presencia. Porque no es necesario escuchar diariamente frases compradas a precio barato para sentir que las ocasiones en las que uno está sólo son menos que escasas, que un hombro en el que apoyarse no es necesario si existe una mano que te empuja por detrás sin ser vista, y que hay silencios que llenan más que palabras ya escuchadas. El cajón del olvido siempre está más vacío de lo que debería, pero hay veces en las que se debe cerrar se cajón con una patada en el pomo.
Edurne (Edi)
Ahora, mis queridos lectores, viene la parte en la que me olvido de aquellos que no merecen ninguna presencia. Porque no es necesario escuchar diariamente frases compradas a precio barato para sentir que las ocasiones en las que uno está sólo son menos que escasas, que un hombro en el que apoyarse no es necesario si existe una mano que te empuja por detrás sin ser vista, y que hay silencios que llenan más que palabras ya escuchadas. El cajón del olvido siempre está más vacío de lo que debería, pero hay veces en las que se debe cerrar se cajón con una patada en el pomo.
Edurne (Edi)
19 de enero de 2012
Carta a una Vida
Querida Vida,
Poco me esforcé, lo reconozco, en ser la dueña de tu jilguero el día que nos dejaste a todos. Tras aquel día, unos nos encontramos desubicados, sin rumbo, sin sentido. Algunos se reencontraron con ellos mismos al poco tiempo, otros tardaron más, y otros... bueno, otros ahí estamos.
En cambio dejaste un jilguero y un agaporni a la suerte de una rifa en la que nadie tenía boleto. Algo me decía que debía hacerme cargo al menos del jilguero, pero mis insistencias no se centraban en ese asunto. En un descuido, alguien encontró diferentes dueños sin amor alguno hacia las aves.
Tiempo después, cuando ambas aves vivían con sus nuevos dueños, desaparecieron. El agaporni abrió su jaula y se fue volando. Casi al mismo tiempo, pero a cientos de kilómetros, el jilguero desapareció. Quizás encontró el hueco ideal para hacerse con la libertad.
A mí me gusta pensar que ambos se escaparon y volvieron con su primera dueña. Pienso que ambos volaron hasta el Bosque de la Vida, y yo, estoy convencida de que vuelan entre los árboles que un día regaste, y de ese modo les sigues dando vida.
Poco me esforcé, lo reconozco, en ser la dueña de tu jilguero el día que nos dejaste a todos. Tras aquel día, unos nos encontramos desubicados, sin rumbo, sin sentido. Algunos se reencontraron con ellos mismos al poco tiempo, otros tardaron más, y otros... bueno, otros ahí estamos.
En cambio dejaste un jilguero y un agaporni a la suerte de una rifa en la que nadie tenía boleto. Algo me decía que debía hacerme cargo al menos del jilguero, pero mis insistencias no se centraban en ese asunto. En un descuido, alguien encontró diferentes dueños sin amor alguno hacia las aves.
Tiempo después, cuando ambas aves vivían con sus nuevos dueños, desaparecieron. El agaporni abrió su jaula y se fue volando. Casi al mismo tiempo, pero a cientos de kilómetros, el jilguero desapareció. Quizás encontró el hueco ideal para hacerse con la libertad.
A mí me gusta pensar que ambos se escaparon y volvieron con su primera dueña. Pienso que ambos volaron hasta el Bosque de la Vida, y yo, estoy convencida de que vuelan entre los árboles que un día regaste, y de ese modo les sigues dando vida.
Edurne (Edi)

Y quién tuviera alas, para ser jilguero y volar hasta allí.
17 de enero de 2012
Carta a un Número
Querido Número,
Y así, sin más camino que el seguir escribiendo día para mis lectores y sobre todo para mí misma, Cartas A Los Míos ha superado el 1.500.000 de visitas.
Gracias a vosotros, a los que me leéis, a quienes seguís este camino de Cartas que en ocasiones se pierden mientras las escribo pero que casi siempre llegan a su destino.
Gracias por seguir al pie del cañón, gracias por seguirme y leerme. ¡A seguir escribiendo!
¡¡GRACIAS!!
Edurne (Edi).
Y así, sin más camino que el seguir escribiendo día para mis lectores y sobre todo para mí misma, Cartas A Los Míos ha superado el 1.500.000 de visitas.
Gracias a vosotros, a los que me leéis, a quienes seguís este camino de Cartas que en ocasiones se pierden mientras las escribo pero que casi siempre llegan a su destino.
Gracias por seguir al pie del cañón, gracias por seguirme y leerme. ¡A seguir escribiendo!
¡¡GRACIAS!!
Edurne (Edi).
5 de enero de 2012
Carta a Alguien
Querido Alguien,
Alguien...
Alguien que cuando me ponga borracha me lleve a casa en brazos. Que me rompa las medias con la boca y luego me compre otras. Que me haga el amor contra la pared y se meta conmigo en la bañera. Que se pierda a mi lado para después rescatarme de laberintos sin sentido. Que saque la espada y me defienda de víboras, pirañas y putas. Alguien que cosa disfraces a mis días malos y los convierta en buenos. Que no se enfade si no me entiende, ni me entiendo y lo mareo. Que me saque la lengua cuando me ponga tonta y me haga enmudecer. Que no de por hecho que siempre voy a estar ahí pero que tampoco lo dude. Que no me haga sufrir porque sí pero que no me venda amor eterno manoseado ni me lo ponga fácil…Alguien que no pueda caminar conmigo por la calle sin cogerme de la mano. Que no me compre con regalos pero que tenga mil detalles de papel. Que no le guste verme llorar y que me haga reír hasta cuando no tengo ganas. Que de vez en cuando decida perseguirme por los bares y conocerme otra vez. Que me mire, lo mire, y me tiemblen las piernas sin remedio. Alguien que esté loco por mí, y no se olvide de decírmelo los días de resaca. Que si se pone animal, sea solo en la cama, y me mate a besos por la mañana. Que no se acostumbre a mí y deje de inventar nombres nuevos para despertarme. Que si mira a otra, luego me guiñe un ojo, y se ría de mis celos de niñata.
Y sobre todo que no tenga que perderme para darse cuenta de que me ha encontrado.
En definitiva...alguien que se parezca a mi, pero que no sea como yo...
Edurne (Edi)
Alguien...
Alguien que cuando me ponga borracha me lleve a casa en brazos. Que me rompa las medias con la boca y luego me compre otras. Que me haga el amor contra la pared y se meta conmigo en la bañera. Que se pierda a mi lado para después rescatarme de laberintos sin sentido. Que saque la espada y me defienda de víboras, pirañas y putas. Alguien que cosa disfraces a mis días malos y los convierta en buenos. Que no se enfade si no me entiende, ni me entiendo y lo mareo. Que me saque la lengua cuando me ponga tonta y me haga enmudecer. Que no de por hecho que siempre voy a estar ahí pero que tampoco lo dude. Que no me haga sufrir porque sí pero que no me venda amor eterno manoseado ni me lo ponga fácil…Alguien que no pueda caminar conmigo por la calle sin cogerme de la mano. Que no me compre con regalos pero que tenga mil detalles de papel. Que no le guste verme llorar y que me haga reír hasta cuando no tengo ganas. Que de vez en cuando decida perseguirme por los bares y conocerme otra vez. Que me mire, lo mire, y me tiemblen las piernas sin remedio. Alguien que esté loco por mí, y no se olvide de decírmelo los días de resaca. Que si se pone animal, sea solo en la cama, y me mate a besos por la mañana. Que no se acostumbre a mí y deje de inventar nombres nuevos para despertarme. Que si mira a otra, luego me guiñe un ojo, y se ría de mis celos de niñata.
Y sobre todo que no tenga que perderme para darse cuenta de que me ha encontrado.
En definitiva...alguien que se parezca a mi, pero que no sea como yo...
Edurne (Edi)
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