22 de enero de 2009

Carta a ...

Querido ...

Realmente esta entrada no tiene nombre. No sé cómo describir estos últimos días.
Llevo bastantes días haciendo balance de mis 17 años, 11 meses y 16 días con 13 horas y 1 minuto. Eso ahora mismo claro.
Y descubro que la vida me ha enseñado. Pero.. ¿qué me ha enseñado?

Tal vez no he tenido los mejores maestros a mi lado para enseñarme a ser otra persona, o tener otros valores, o qué se yo. Aparte de eso, existe la frase de "Somos nuestra historia", con lo cual un 60% de mí lo ha hecho la historia y el pasado, pero el otro 40% lo han hecho los valores en los que yo he creído, la gente que he decidido tener a mi lado para aprender de ella, la filosofía que he querido llevar, en fin todo....

Pero a estas alturas, me paro en el tiempo, y pienso... ¿Qué sería de mí si todo eso no lo hubiese tenido?

Pienso que si mis valores, filosofia, forma de ver la vida, hubiese sido otra quizás las cosas me irían algo mejor. No me quejo, pero admito que en ocasiones no lo veo todo rosa.

Diariamente me esfuero por ser mejor persona. Veo resultados, y también fracasos.

No soy la típica que solo piensa en salir los sábados y saber encontrar la resaca del domingo.
Ni tampoco pretendo aumentar mi lista de tios con los que me he liado.
Ni tios a los que me he tirado.
Ni me junto por interés.
Ni me río del resto gratuitamente.
Ni piso a quien veo débil.
Ni me creo superior al resto.
Ni encuentro más felicidad al tener más economía.
Ni tantas y tantas cosas.

No.

Esa no soy yo. Esa no es Edurne. Y si me véis así, o no me estáis viendo bien o no me estáis viendo a mí.

Soy Edurne. La de siempre. Vuestra Edurne. No soy la mejor persona que ahora mismo está pisando la Tierra. No. No lo soy. Admito mis erroes y defectos (Vease la lista publicada capítulos atrás).
Siempre he pensado que en la vida lo único realmente importante es la salud, porque sin eso nada.
Y también he pensado que el tiempo y esfuerzo malgastado riendose del resto, debería emplearse en ayudarles.
Y como Gabriel García Marquez decía, solo hay que mirar al otro por encima del hombro para ayudarle a levantarse.

Y pienso (luego existo) que decir la palabra "amigo" es algo muy importante y delicado. Porque amigos no son 20, ni 30, ni nada así, amigos se cuentan con los dedos de una mano y encima sobran dedos. Y por quien he apostado amistad, he apostado y he puesto todo mi esfuerzo y empeño en que esas amistades fuesen verdaderas, sintiéndolo mucho no todas esas amistades me han correspondido con la misma moneda. Y realmente nadie sabe lo que eso me ha dolido.
Y más importante veo el decir la palabra "amor". Nunca he apostado por los amores nada más conocerse, ni a primera vista, ni esas cosas... Tampoco he apostado por hacer un esfuerzo sobrehumano cuando se sabe que entre dos se ha acabado el amor, prefiero una hostia y que me duela un poco, a 200 hostias tarde y que duelan muchísimo más aún. Solo puedo decir que una vez conocí el amor, y me quedé con la primera hostia.

No sé. Quizás con otros valores no estaría escribiendo aquí esta gilipollez que no sirve de nada porque dudo que alguien se la lea o que sirva de algo.

De todas formas, gracias a los que a pesar de todo, seguís ahí.
Pero hoy no es el mejor día para aguantar nada, ni a nadie. Lo que sí es es el mejor día para una buena conversación. Más vale hablarlo ahora, y no acumular mierda que en el futuro no se pueda limpiar, porque será tarde.

Edurne (Edi)

1 comentario:

Twins dijo...

la frase de "somos nuestra historia" es típica míiiiiiiiiiiiiiiiia!!!!!

KISSES TWIN!! muuuuuuuuaks!
Amaya

P.D. Mu chula la entrada :D