12 de octubre de 2012

Carta a un Aplauso

Querido Aplauso,

Únicamente hay que poner cualquier canal de televisión para ver aplausos. Gente aplaudiendo, dando palmas con las manos. Da igual la cadena que sea, ni el momento el día, no la hora. Podemos ver aplausos por la mañana o por la tarde, por parte de personas mayores, niños, ancianos, jóvenes... Pero... ¿cuál es la razón de esos aplausos?

Unos aplauden a Reyes y monarcas que visitan algunos lugares en el mundo, políticos que se pasean al son de la melodía de su partido, alcaldes, empresarios... Muchos de ellos roban, estafan, se quedan con el dinero de todos.... Otros mienten y sonríen cínicamente. A su alrededor está el pueblo aplaudiéndo, como si se celebrasen los actos cometidos.

Yo me pregunto... ¿dónde están los aplausos por aquellos que luchan por un mundo mejor? ¿Dónde están los aplausos para quienes dan su vida en las misiones en África o Asia? ¿Dónde están los aplausos para quienes viven en barrios marginales ayudando a los más desfavorecidos? ¿Dónde están los aplausos para aquellos que dan más de lo que tienen? ¿Y para los voluntarios que dan sin recibir nada más que satisfacción personal a cambio?

El mundo está lleno de héroes anónimos. Pero nadie les aplaude. Hay que decir que sin todos ellos, aplaudiríamos a quienes supiesen cómo huir de este mundo.... que se está destruyendo tan rápido como lo que tarda el sonido de un aplauso en desaparecer...


Edurne (Edi)

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