12 de octubre de 2009

Carta a historia de una rueda

Querida historia de una rueda,

rase una vez, una rueda a la que le faltaba un trocito de neumático. Todas las demás ruedas estaban enteras y podían rodar y rodar sin problemas, pasando al lado de nuestra rueda incompleta. Mientras, ella buscaba por cada rincón ese trozo que la haría feliz completándola.

Al no estar completa, rodaba con dificultad. Pero eso le permitía hablar con los pájaros, observar la naturaleza, tener amigos, coger flores, etc.

Un día, encontró ese trozo de rueda, el tan ansiado trozo, el que la hacía completa. Por fin podía rodar perfectamente y correr como las demás.

Sin embargo, dejó de hablar con los pájaros, aplastaba las flores, se olvidó de sus amigos... Se dio cuenta que aún teniendo todo, se perdía los pequeños detalles de la vida y no era feliz.

Entonces cogió el trozo de neumático, y lo tiró. "

Sí, me enseñaste tú el cuento, lo sé.

Edurne (Edi)





[PHOTO]: Roma'08, en el Vaticano concretamente.

2 comentarios:

Luis y Mª Jesús dijo...

¡Qué rueda mas lista!. Me encantó el cuento, lo utilizaré con mis hijos para cambiar un poco el rollo de "¡deja de mirarte al ombligo y mira a los demás, el mundo no se acaba en ti!"
Un abrazo

Ceci dijo...

Si Edurne, es precioso el cuento... siempre, siempre, mejor con agujeros... como el buen queso.