2 de noviembre de 2009

Carta a la post-modernidad

Querida post-modernidad,


Os dejo mi historia del post-modernismo que creé el viernes en el taller de literatura.

" Estamos en la post-modernidad. Donde nada tiene sentido. Ni la vida de Jonathan Zorton.

¿Qué sentido podría tener la vida de un dependiente de videoclub de películas clásicas, habitual lamedor de tapas de yogurt de plátano, comprador compulsivo de chocolatinas rellenas de frambuesa y con la taza del water como su asiento habitual?

Tan siquiera tiene la compañía de amigos para buscar una respuesta en ellos. Ni en su madre, que se pasa el día volando como azafata para encontrar nuevos sabores de harina para que el padre haga pan.

Ahora Jonathan va a poner fin a su insípida vida. Él no lo sabe, pero resbalará con su propio vómito causado por una borrachera de ron blanco que cogió ayer en su céntrico ático con su no-amigo mientras no llevaban calzoncillos bajo el pantalón de lino.

Es así. Nada tiene sentido. Estamos en la post-modernidad. "


Tétrica según Leti.

Edurne (Edi)

2 comentarios:

Luis y Mª Jesús dijo...

La post-modernidad es tétrica pero tiene la ventaja de que es tan nauseabunda que invita a salir de ella.
un beso

Anónimo dijo...

Me gusta mucho, Edurne! Acidilla, la historieta... ;)

Sí a los bocatas de nocilla y al postmodernismo! (Aunque no tengo 100% claro qué significa eso del posmodernismo. Habrá que preguntarles a Ruben y a Aitor ;)) Siempre y cuando no se caiga en un nihilismo extremo, por ejemplo. Que eso, como el exceso de nocilla, es insano ;P


Un beso, guapa. A ver si por fin nos vemos el viernes!

Marina