1 de noviembre de 2009

Carta a una ausencia

Querida ausencia,



Perdonad mi ausencia de los últimos 3-4 días. Me he pasado el día en la uni, estudiando, o haciendo mil cosas. Ya tenía mono de blog.



Por cierto, tengo un nuevo visitante. ¡Mi padre! Me sorprendió gratamente que encontrase mi blog y comentase. A partir de ahora no podré escribir quiénes son mis camellos, cuántas veces he abortado, las veces que hago pira de la uni, en qué esquinas me drogo, cada cuánto me detienen por robar en tiendas, a qué bandas armadas y criminales pertenezco....

¡EH ALTO!

Evidentemente todo eso es broma, jejeje, si fuese cierto mi blog no se llamaría Cartas a Los Míos, se llamaría Cartas Desde Mi Celda o Cartas De Una Yonkie.... Vaya, sin quererlo he creado unos buenos títulos por si algo de eso ocurre en el futuro. Tendré que patentarlos ;)


Entre tanta ausencia, acudí al taller de literatura el viernes, y escribí una historia muy post-modernica que luego publicaré. Después de llegar a casa a las 18'20h y comer un Kebap a las 18'30 (sí, la vida universitaria altera los horarios), me fui a estrenar el nuevo McDonalds de Vitoria (nuevo y único) que yo evidentemente sólo estrené con un helado porque el Kebap me dejó llenita, y de seguido al cine a ver Millenium 2. ¡Cómo me encanta la saga!

Lo mejor de todo fueron los últimos 15 minutos de la película, cuando Susana y yo imitamos a un gigante de la película. Ahí empezaron 15-20 minutos seguidos de risas, en donde a mí solo se me escuchaba reir como una hiena, a saltos entre quedarme traspuesta y no poder ni respirar. Susana decidió coger el jersey para intentar hacer menos ruido, que incluso estuve pensando en salirme de la sala porque me iban a aplaudir la cara; pero por pereza de bajar 16 filas me quedé en el asiento. Ya sabes, cuando menos te debes reir y menos ruido quieres hacer, más te ries. Quizás ésto así narrado ni tenga ninguna gracia, es que hay que estar en el momento. Pero yo aún lo recuerdo y me río.

El sábado visitita de los bilbaínos, Gorka, Libe, Roberto y Mónica llegaron hasta estas lejanas tierras llamadas Vitoria. ¿También se levantarían a las 5 para llegar a las 13'00?

Comida en mi casita, paseo por Vitoria, fotos, bolera (¡en Bilbao yo era buena!) y estos chicotes se vuelta a Bilbao sobre las 21'15. Les acompañé en el coche hasta la salida de Vitoria, donde me esperaban Jose y Susana con su coche para recogerme. Con las prisas de estar parados donde no se podía, los gritos de Mónica para que me bajase y que Roberto se pusiese delante; me monto en el coche de Jose, miro mis manos y atención: ¡¡¡Me había llevado el jersey y el bolso de Mónica!! Así que Jose tuvo que correr detrás del coche de Mónica mientras yo llamaba a Libe para decirle que no arrancasen. Tras momentos de histeria Moniquil y gritos múltiples, Susi le alcanzó su bolso y todo a la normalidad.

Subiría fotos que nos hicimos, pero aún no las ha pasado Mónica, así que las culpas a ella. No, es broma, que luego se pica. Ya subiré, le llevaqré un pen-drive para que me las pase.

Después cena en Don Gabriel con Jose, Susi, Mikel y una servidora, debatimos entre ir a Ochate (pueblo fantasma alavés), una casa abandonada por el pantano o un molino. Ante mi negativa de cualquiera de los tres destinos, fuimos a la casa abandonada y después al molino, en donde sólo nos bajamos en el molino para no encontrarnos con los ocupas de la casa del pantano. Y es que mis queridos 3 amiguitos, se pasaron la noche con la bromita de que soy una caguica y no quería ir. ¡¿Por qué no entenderán que no me gustan esos líos!? Bromita que aún les dura por cierto... Que yo me pregunto, por qué no fueron a la casa abandonada cuando yo deserté a mi casa a las 00'30.... ¡Ja!

Ayer día de relax, estudio, y poco más, y hoy algo pachucha con el estómago. Snif... Mañana día completito de Uni, y toda la semana me parece que también.

Bueno, espero que disculpéis mi ausencia.

Edurne (Edi)

1 comentario:

Luis y Mª Jesús dijo...

Te entiendo, cuando me di cuenta de que mis hijos me habían "pillado" dije "Uf..". Tengo que tener cuidado de que no se me enfaden.
Besos