20 de noviembre de 2009

Carta a Lenguas Modernas

Queridas Lenguas Modernas,

Me cansa la constante conversación de:

- Oye Edi, ¿tú que estás estudiando?
- Lenguas Modernas.
- Ahh... y.... ¿eso qué es?



En fin. Y cuando explico que Lenguas Modernas es el nuevo nombre que el Don Bolonia ha dado a las filologías, y concretamente esta titulación contiene lo que antes era filología inglesa + filología hispánica. La elección de esta titulación vino entre mis dudas de elegir una de las dos filologías, así que 2x1.

Pero cuando ya se llega a la conversación de:

- Pero si eso no tiene salidas, bueno sí, sólo profesor.

¿Sólo? Quizás no me he enterado que a partir de YA no van a existir profesores de inglés, ni de lengua española, etc. y nadie va a dar clase de esas asignaturas a las futuras mentes del mañana. Además, para quienes estén en desacuerdo conmigo, también existe la posibilidad de ser traductor, intérprete... y varias profesiones más que tienen que ver con los idiomas. Porque es una carrera enteramente de idiomas.

Como sabréis, mi vocación se encuentra entre los idiomas y la filosofía. Aún recuerdo el día antes de matricularme en la uni, cuando tenía millones de dudas de si elegir Lenguas Modernas o Filosofía.

La filosofía mueve el mundo. No sólo la filosofía de Aristóteles, Descartes, San Agustín, etc. eran filosofías, también lo eran por ejemplo el nazismo. Como un día escuché a MJ, la filosofía y sobre todo el conocer nuestra historia no nos condenará a repetirla. Y espero que jamás vuelva a repetirse algo tan horroroso como eso.

Pero bueno, no me sabe a nada nuevo cuando alguien me dice que la filosofía, la historia, las filologías, el arte, el latín... no sirven de nada. Más bien me sabe a incultura.

Sé que no puedo morirme sin estudiar la carrera de filosofía. También sé que pocos me comprenden.

Pero hay preguntas que no tengo la necesidad de responder. Al menos por ahora.

No sé qué hago aquí quejándome.. total, ya tenemos unas buenas mentes del mañana que sacarán todo adelante, sin filosofía, historia, latín, griego... qué más da, ¿no?

Finalmente os invito a que os leáis un artículo perfecto de Arturo Pérez-Reverte. Qué razón lleva.



PERMITIDME TUTEAROS, IMBÉCILES


"Cuadrilla de golfos apandadores, unos y otros. Refraneros casticistas analfabetos de la derecha. Demagogos iletrados de la izquierda.Presidente de este Gobierno. Ex presidente del otro. Jefe de la patética oposición. Secretarios generales de partidos nacionales o de partidos autonómicos. Ministros y ex ministros -aquí matizaré ministros y ministras- de Educación y Cultura. Consejeros varios. Etcétera. No quiero que acabe el mes sin mentaros -el tuteo es deliberado- a la madre. Y me refiero a la madre de todos cuantos habéis tenido en vuestras manos infames la enseñanza pública en los últimos veinte o treinta años. De cuantos hacéis posible que este autocomplaciente país de mierda sea un país de más mierda todavía. De vosotros, torpes irresponsables, que extirpasteis de las aulas el latín, el griego, la Historia, la Literatura, la Geografía, el análisis inteligente, la capacidad de leer y por tanto de comprender el mundo, ciencias incluidas. De quienes, por incompetencia y desvergüenza, sois culpables de que España figure entre los países más incultos de Europa, nuestros jóvenes carezcan de comprensión lectora, los colegios privados se distancien cada vez más de los públicos en calidad de enseñanza, y los alumnos estén por debajo de la media en todas las materias evaluadas.
Pero lo peor no es eso. Lo que me hace hervir la sangre es vuestra arrogante impunidad, vuestra ausencia de autocrítica y vuestra cateta contumacia.

Aquí, como de costumbre, nadie asume la culpa de nada. Hace menos de un mes, al publicarse los desoladores datos del informe Pisa 2006, a los meapilas del Pepé les faltó tiempo para echar la culpa de todo a la Logse de Maravall y Solana –que, es cierto, deberían ser ahorcados tras un juicio de Nuremberg cultural–, pasando por alto que durante dos legislaturas, o sea, ocho años de posterior gobierno, el amigo Ansar y sus secuaces se estuvieron tocando literalmente la flor en materia de Educación, destrozando la enseñanza pública en beneficio de la privada y permitiendo, a cambio de pasteleo electoral, que cada cacique de pueblo hiciera su negocio en diecisiete sistemas educativos distintos, ajenos unos a otros, con efectos devastadores en el País Vasco y Cataluña.

Y en cuanto al Pesoe que ahora nos conduce a la Arcadia feliz, ahí están las reacciones oficiales, con una consejera de Educación de la Junta de Andalucía, por ejemplo, que tras veinte años de gobierno ininterrumpido en su feudo, donde la cultura roza el subdesarrollo, tiene la desfachatez de cargarle el muerto al «retraso histórico».
O una ministra de Educación, la señora Cabrera, capaz de afirmar impávida que los datos están fuera de contexto, que los alumnos españoles funcionan de maravilla, que «el sistema educativo español no sólo lo hace bien, sino que lo hace muy bien» y que éste no ha fracasado porque «es capaz de responder a los retos que tiene la sociedad», entre ellos el de que «los jóvenes tienen su propio lenguaje: el chat y el sms». Con dos cojones.

Pero lo mejor ha sido lo tuyo, presidente –recuérdame que te lo comente la próxima vez que vayas a hacerte una foto a la Real Academia Española–. Deslumbrante, lo juro, eso de que «lo que más determina la educación de cada generación es la educación de sus padres», aunque tampoco estuvo mal lo de «hemos tenido muchas generaciones en España con un bajo rendimiento educativo, fruto del país que tenemos».

Dicho de otro modo, lumbrera: que después de dos mil años de Hispania grecorromana, de Quintiliano a Miguel Delibes pasando por Cervantes, Quevedo, Galdós, Clarín o Machado, la gente buena, la culta, la preparada, la que por fin va a sacar a España del hoyo, vendrá en los próximos años, al fin, gracias a futuros padres felizmente formados por tus ministros y ministras, tus Loes, tus educaciones para la ciudadanía, tu género y génera, tus pedagogos cantamañanas, tu falta de autoridad en las aulas, tu igualitarismo escolar en la mediocridad y falta de incentivo al esfuerzo, tus universitarios apáticos y tus alumnos de cuatro suspensos y tira p'alante.

Pues la culpa de que ahora la cosa ande chunga, la causa de tanto disparate, descoordinación, confusión y agrafía, no la tenéis los políticos culturalmente planos. Niet.

La tiene el bajo rendimiento educativo de Ortega y Gasset, Unamuno, Cajal, Menéndez Pidal, Manuel Seco, Julián Marías o Gregorio Salvador, o el de la gente que estudió bajo el franquismo: Juan Marsé, Muñoz Molina, Carmen Iglesias, José Manuel Sánchez Ron, Ignacio Bosque, Margarita Salas, Luis Mateo Díez, Álvaro Pombo, Francisco Rico y algunos otros analfabetos, padres o no, entre los que generacionalmente me incluyo.
Qué miedo me dais algunos, rediós. En serio. Cuánto más peligro tiene un imbécil que un malvado.

Arturo Pérez-Reverte
Artículo de El Semanal XL "


Edurne (Edi)

1 comentario:

Luis y Mª Jesús dijo...

Siempre hay alguien que dice una estupidez, tu estudia y deja que digan.
me da mucha pena porque ahora solo se procura la eficiencia, prima la técnica,la búsqueda de la verdad se ha olvidado pero ¿qué es la técnica sin un fin al que dirigirse, sin una verdad a que servir?, pues... lo que es ahora: una mierda.
besos