22 de febrero de 2010

Carta a un libro

Querido Libro,

"El día tenía 24 horas pero la gran mayoría las ocupaba delante de aquel libro. El resto del mundo sobraba, ese libro lo era todo para ella.

Apenas contaba cinco años cuando descubrió aquel libro. Frente a él, entre sus páginas, con cada una de las letras y frases encontró su plena felicidad; y muy posiblemente el camino de su vida.

Mientras, infantes de su edad disfrutaban corriendo, jugando, saltando, bailando y cantando. Probablemente ninguna de esas acciones estarían unidas con el destino de los otros niños. Sin embargo ella dedicaba sus horas a lo que consideraba su vida.

Pero un día, casi sin darse cuenta, terminó el libro. Levantó la mirada, y no podía ver con claridad. Al cerrar el libro se miró las manos y descubrió sus arrugas. Cogió un espejo y vio el reflejo de una mujer con el pelo largo completamente blanco y un rostro con arrugas que narraban el largo paso del tiempo.

Era el reflejo de una desconocida. Aquel libro había consumido todo su tiempo aunque no sabía si habían sido días, meses, tal vez años...

¿Dónde había estado ella todo ese tiempo?"


Edurne (Edi)

1 comentario:

Luis y Mª Jesús dijo...

Conozco una chica a la que casi casi le ocurrió. No fue un libro sino uno tras otros, y se olvidó de que no era su historia sino un cuento y no vivió su vida.
Un abrazo