2 de marzo de 2010

Carta muy lanzada

Querida Carta Lanzada,


Escasas son las cartas que escribo arremetiendo contra algo/alguien o en las que me desahogo de lo lindo. Antaño escribía cartas (¡y de las reales!) luchando por la justicia, como buen espíritu luchador. Bueno, lo hice en tres ocasiones nada más. La Ministra de Sanidad no contestó (probablemente ni lo leyó..), pero el Embajador de España en Suecia y el Jefe de McDonalds en España sí lo hicieron. Qué pena no tener una cámara para grabar la cara que pusieron al leerme. En ocasiones me lanzo demasiado.

El caso es que hoy, haré esa excepción. Porque quizás esa persona sea una más entre mis lectores y tenga la suerte de que mis letras lleguen a sus ojos, aunque lo que no es probable es que como tantas cosas en esta vida, las entienda. También porque es mi blog y porque en él se escribe lo que YO quiero, y porque es el modo más 'suave' que encuentro para desahogarme.

Sé que delante de una pantalla somos todos muy valientes (a hechos me remito), y que una vez visto somos todos muy listos. Pero a quien no le guste, le facilitaré una manera muy sencilla de evitarse ésto: Sal de mi blog. Así que obsequiándote con un privilegio por supuesto no merecido, te dirijo esta carta. Sí, es a ti.

A ti que crees que la Historia empezó el día que naciste y que el fin del mundo junto con el 666 vendrán el día que desaparezcas. Te equivocas, y además doblemente. Lo tuyo nunca fue ni tan siquiera Historia, y tampoco desapareciste ni desaparecerás nunca, porque de hecho, nunca has existido.

A ti que te atreves a levantarle la mirada a quien en la adversidad y desconocimiento, no existes en su vida tanto como te gustaría. Mejor dicho, no existes de ningún modo.

A ti que sabes disfrazar la verdad con piel de cordero, sin darte cuenta que las orejas del lobo se ven siempre. Y de que cuando tú has ido por ese camino, para mi desgracia, yo ya he ido y he vuelto 3 veces. Entiéndelo, jamás has podido metérmela doblada. Aunque para máscaras la mía, la he llevado por no discutir como si fuesemos niñas de patio de colegio. Entérate, nunca te he creído.

Entiéndelo, en ningún momento te acercaste a la palabra 'amistad'; aunque entiendo que lo creyeses por tu erróneo concepto de la misma.

Hay gotas que llenan el vaso, y otras lo desbordan.
Y también hay letras que terminan cartas, y otras entradas de blog.
He dicho.


Edurne (Edi)

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