20 de junio de 2010

Carta a un día de 46 horas

Querido Día de 46 horas,

Sí, el sábado empezó ayer y termina hoy tras haber dormido únicamente dos horas. O quizás el domingo empezó ántes de tiempo. Qué más da.

Si bien odio los días se empiezan a alargar, comienzo a encontrar breve el tiempo que paso con algunas personas. Como sabéis, para mí las vacaciones son un horror, y las de verano mucho más aún. Pero pese a sus muchos aspectos negativos, un aspecto muy positivo es que dejas de ver a las personas que te desagradan; o al menos las dejas de ver por un tiempo.

El asunto no se equilibra, la balanza no siempre está en el 5. A medida que el reloj corre, va llegando el momento de que algunas personas vuelvan a sus casas; y tristemente, a la mayoría no volveré a ver en mi vida. Un placer haber disfrutado con ellos (¡desde luego!) y mi cara no es ni mucho menos triste cuando me acuerdo de ellos, pero algunos no pueden pedirme que no se me escape alguna lágrima cuando les digo adiós, o cuando se lo tenga que decir próximamente.

Está siendo un mes raro. Junio ha sido raro. Antaño ardía en deseos porque llegase este mes para terminar el colegio y poner tierra de por medio durante un par de meses o tres. En cambio Junio del año pasado lo recuerdo con nostalgia pues no quería terminar el colegio (contradictorio, ¿eh?) y me daba muchísima pena despedirme de tantas personas que formaban mi vida, alrededor del 70% de las personas que la formaban siguieron por un camino diferente.

El caso es que este año, más de lo mismo. Casi sin darme cuenta he llegado a la mitad de mi etapa universitaria. Parece que fue hace tres meses cuando madrugué como nunca para coger un autobús en una parada tétrica y oscura, Noemí me esperó para acompañarme a clase y me encontré antes 104 personas desconocidas. Añoraba el colegio como nunca, por cierto.

Junio está siendo raro, no cabe duda. Y los días de 46 horas lo son más aún. Pero ha merecido la pena, me lo he pasado muy bien el fin de semana :D muy muy bien!

Ahora me voy, me voy a la cama. 46 horas despierta no son sanas. Me voy antes de que empiece a decir cosas que sólo el alcohol justifica.

Edurne (Edi)

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