23 de agosto de 2010

Carta a la vuelta

Querida Vuelta,

Ya estoy de vuelta. Por fin. Por fin en casa, en mi cama, en mi ambiente, entre mis cuatro paredes naranjas que me ven crecer... aunque de vez en cuando me aprietan. Por fin la rutina, ¡por fin! Es una rutina agradable.

El interrail sólo tiene una palabra para describirlo: INCREÍBLE. Lugares visitados:
Ginebra-Laussane-Berna-Zurich-Feldkirch-Lietchenstein-Salzburgo-Viena-Bratislava-Frankfurt-Colonia-Luxemburgo-Utrecht-Amsterdam.
Nos hemos encontrado desde personas de mi mismo pueblo de Córdoba, hasta lugares poco recomendados en los que entrar al wc era todo un riesgo. Pero ahora no es tiempo de comentar el Interrail, ya hay un proyecto para ello.

Después vinieron las Fiestas de Vitoria, junto con la visita de Jaione y mi santo. Mucho que contar en pocos días, desde comportamientos que confirman las sospechas que iba teniento desde hace tiempo, hasta el conocer a los mayores especímenes que uno puede imaginar. Aún así, me encantó ver a Jaione por tierras que no sean Bilbao o Londres. ¡Gracias por venir!

Y después, cómo no, al exilio. Córdoba. Visita breve que se ha pasado rápido. Pero ha merecido la pena, ¡¡¡he conocido a Claudia!!! Es preciosa, menudos ojazos azules. Vale, a ver, soy su tía, pero es la verdad. Una gran tropa nos reunimos para celebrar su llegada, aunque ni estabamos todos los que somos, ni somos todos los que estabamos.

Pero como siempre, el exilio es un lugar en el que las horas pasan muy despacio y hay mucho que hacer, leer, pensar, escribir... Entre decepciones y alegrías, el exilio ha pasado.

Ahora unos días, y de vuelta a la uni. El año pasado por estas fechas estaba bastante asustada, y al final ha sido un año sin palabras.
Este año no estoy nada asustada, ¿cómo será entonces?

Os dejo unas fotos resumen del verano.











Edurne (Edi)

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