2 de septiembre de 2010

Carta a la Amistad II

Querida Amistad II,


No encuentro las palabras exactas, no encuentro el modo de decir ni la mitad de cosas que me gustaría. Nuevamente quiero escribir, quiero escribir algo que me llene, algo con lo que sentirme satisfecha cuando le de a 'click' en 'publicar entrada' y empiece a dar vueltas por los blogs de todo el mundo. Quiero cerrar los puños y dar un grito con los ojos cerrados, para encontrarme que Septiembre ha pasado cuando los abra. Tengo los ojos hinchados del sueño, las mejillas rojas y calientes, los labios también algo hinchados, el corazón va a un ritmo que por segundos cuesta que le siga y tengo frío en las manos. Aún así me miro en el espejo de atrás y veo que me gusta ser quien soy, me reconozco. Veo que voy llegando a los 20 y mi cara aún parece de porcelana cuando se me humedecen los ojos. Es difícil. Es una mezcla de sentimientos o cosas o no sé ni cómo llamarlo...

"Pero Edurne, ya basta. Deja de mirarte, date la vuelta e intenta escribir eso que quieres. Ánimo. Tú puedes."
Pues sí. Pero me siguen faltando las palabras. Me hacen falta las palabras para hablar sobre la amistad. No encuentro qué escribir ni cómo escribirlo. Voy a dejarme de grandilocuencias y de palabras bien formadas y construídas en una frase con ritmo para lo que quiero escribir. Escribiré sólo lo que pienso y lo que quiero decirte.
Poco me queda por decir a estas alturas lo que para mí es la amistad, poco me queda por decirte realmente. Conozco tus errores o tus defectos, pero ni siquiera tienen valor para mí. Elijo y me fijo en mis amigos por sus virtudes, en quienes son, cómo son y por qué son. Sé que siempre me faltará tiempo para terminar de conocer a un amigo, aunque tampoco quiero conocerles del todo. Quiero que cada día que me despida de un amigo, me marche sonriendo y orgullosa de haber conocido un poco más a ese amigo.
Cada día, me levanto con un reto. Un reto personal. Se basa en ser mejor persona, en intentar serlo, en corregir aquello que me impide serlo. En ese reto, se encuentra el ser mejor hermana, mejor hija, mejor nieta, mejor tía, mejor alumna, mejor estudiante, y mejor amiga. En todas ellas fallo, creo que es inevitable.
¿Fallo como amiga? Sin duda. No soy la amiga perfecta, ni tan si quiera yo busco amigos perfectos. Hoy te quiero pedir perdón, perdón por no ser esa amiga perfecta o porque en ocasiones tengas que pagar por mis errores.
Dice un proverbio hindú que cuando hables procura que las palabras sean mejores que el silencio. No me gustan los silencios. Prefiero llenar los silencios diciendo algo a tener que arrepentirme en el futuro de que no dije lo suficiente o lo correcto. Quizás cuando quiera acabar con un silencio y decirte algo tú ya no estarás, o quizás sea yo quien no esté, y no escuche más que mi propio silencio.
Lo dejo aquí. Esta entrada me está costando demasiado escribirla. Me faltan palabras. Creo que doy demasiadas vueltas a varias cosas y no concreto en nada. No tengo una tarde para escribir, es una tarde un poco 'shock'-ica a medida que avanza. Hasta se me ha hecho de noche escribiendo.
Concluiré con pocas palabras pero que dicen mucho.
Perdóname.
Sé mi amiga.
Te quiero.
Estoy orgullosa de ti.
Sonríe, estás mucho más guapa.
Edurne (Edi).

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