19 de febrero de 2011

Carta a un Viaje

Querido Viaje,

Te miro y me pregunto dónde estás mientras miras al frente. Sentado a mi lado, miras a un punto en concreto y sé que has emprendido un viaje eterno. No entiendo dónde has ido, en qué pensarás, a qué mundo habrás viajado. Sé que estés donde estés, estás más cerca de lo que nos iremos tú y yo cuando nos levantemos de aquí. Cogeremos aviones distintos hacia lugares distintos. A empezar una nueva vida, o una vida diferente al menos. Nosotros, los de entonces, no seremos los mismos. Mírame, aunque sé que no lo harás. No mientras yo te esté mirando. Me mirarás cuando yo baje la mirada y decida centrarme en lo que tengo de frente, entonces cuando creas que no me doy cuenta, me mirarás. Si alguna vez me ves por ahí, invítame un café, y después haz lo que quieras conmigo. Aunque ahora es suficiente con mirarte, con tenerte a mi lado y jugando con nuestras piernas a rozarse como si casualidad fuese. Pero qué lejos estás...

***

No, no dejes de mirarme. Crees que no te miro y sin embargo observo cada uno de tus movimientos. Será normal enfadarse y echarse de menos. Los dos sabemos que ese día llegará. Dos aviones separarán dos destinos y éste 'algo' que hay entre nosotros. Dos aviones romperán un nosotros. Aquí te tengo sentada a mi lado, quisiera saber cuándo será la próxima vez que te tenga a mi lado. Cuando te miro, respiras más deprisa. Si tú respiras, yo respiro. Hasta que tu pierna se toca con la mía, entonces mi respiración se corta. Sabes que el día que echarnos de menos duela llegará. No te enfades. Los dos sabemos que llegará ese día. Mientras tanto, mirémonos, hagámoslo mientras el otro crea que no se está dando cuenta. Y si un día nos encontramos, entonces mírame a los ojos. Ya no será necesario hacerlo de forma discreta, no harán falta discrecciones. Estarás cerca. Al igual que ahora. Estás tan cerca...



Edurne (Edi)

1 comentario:

Miriam dijo...

Me encantan tus cartas
Gracias por compartirlas