29 de junio de 2011

Carta Desde Mi Atalaya

Querida Carta desde mi Atalaya,

¡Qué difícil se me hace hoy escribir! Desde mi atalaya, me encuentro rodeada de la primavera pujante. El estallido de la vida, que se renueva año tras año, hoy no me produce esa sensación de alegría, hoy no, hoy me siento extrañamente vacía, con la tristeza doliente que da la orfandad.

En estos días de Mayo, cuando Córdoba es una flor que perfuma el ambiente con su aroma, una MARGARITA con mayúsculas dejó de perfumar un hogar y dejó un numeroso grupo de retoños sin su color, sin su bondad, sin su serenidad, sin su humildad, sin su alegría, sin su amor. Su tallo se quebró y sus pétalos cayeron suavemente, lentamente, en un leve suspiro y sus retoños la despedían con la seguridad de que en las aguas de la fuente de la vida, seguirá dando vida.

Hoy, desde mi atalaya, me siento huérfana desolada.






Edurne (Edi)

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