10 de noviembre de 2009

Carta a Hachiko

Querido Hachiko,


Anoche se me saltaron las lágrimas. Sí, creéroslo, Edi a veces también se emociona y le salen lágrimas.


Había oído hablar de Hachiko, el perro que estuvo años esperando en la estación a que llegase su dueño, pero éste nunca volvió porque murió.


Pero ayer me quise enterar bien de la historia, y hasta descubrí que existe una película en la que Richar Guere es el protagonista. Veo el trailer y ya me emociono....



La historia se trata de Hachiko, un perro que fue recogido de la calle por un profesor de universidad. Hachiko era tan fiel que acompañaba a su dueño cada mañana a la estación para despedirle. También iba a buscarlo a la vuelta del trabajo, cuando llegaba en el tren.


Pero un día su dueño sufrió un infarto en la universidad muriendo allí mismo, por lo que nunca volvió en aquel tren. Pero Hachiko, volvió a esperarle. Y volvió durante 10 años, sin importar la lluvia, frío, calor... Él no entendía que su dueño no iba a volver jamás.


La historia se hizo conocida en toda la ciudad, pues los viajeros del tren que viajaban con su dueño le veían cada día y siguieron viéndole durante esos diez años. Incluso hicieron una estatua en su honor, a la que el propio perro asistió cuando la construyeron. Cuando Hachiko murió lo enterraron junto a su dueño, al que tanto amaba.





Jo... ¿no es precioso? Si es que no puedo ni escribir... No puedo evitar acordarme de Minerva, la perra mastín de Córdoba, que murió hace dos veranos.


Su muerte fue un misterio, y siempre lo será, porque no quiero resolver ese misterio. Un día al amanecer, Minerva no se levantaba, se quedaba tumbada. Algo extrañísimo, pues al vernos por las mañanas, corría a jugar con nosotros y sabía que ya le tocaba subirse arriba al terreno donde ella estaba durante el día junto con Nerón.


Así que por ese día la dejamos abajo, tumbada junto a la pared. Todos nos ibamos acercando a ratos a ver cómo estaba, la intentabamos convencer de que se levantase, le decíamos, la acarciabamos, le dabamos comida, bebida... pero nada. Hubo un momento en el que intentó levantarse, pero las patas no le respondían y tuvimos que ayudarle, pero dio 10 pasos y volvió a echarse. Tampoco ladraba... nada. Le preguntabamos pero claro, qué va a responder.


Así que al llegar la noche, se tumbó totalmente estirada en el cesped, junto a la papelera. Tenía la boca abierta y tiritaba. Ya mal augurio. Estuve allí sentada con ella durante una hora. Era ya casi de madrugada, y sabía perfectamente que Minerva no amanecería viva. Cuando me fui a entrar en casa le dije: "Hasta siempre."


A los 15 minutos vino mi tío Juan y me dijo: "Ya se ha muerto." ¿Moriría sintiendose sola al yo irme?


Fui a verla y estaba tal como yo la dejé, pero con los ojos cerrados y el hocico abierto de una forma muy extraña, como si tuviese asco. Ya estaba durísima, sin duda Minerva se había ido. Así que la tapé entera con una toalla vieja, con la que la tapé cuando tiritaba de frío, y media hora más tarde la enterramos. Recuerdo cómo Nerón empezó a ladrar y a correr alrededor de ella mientras la trasladabamos al hoyo. La llorera de después la recuerdo como horrible.


Con Minerva, Doohan, Nerón y Baco, he descubierto lo fiel que es un perro, lo que te quiere, la amistad que te da y que no falla jamás... Sentí una pérdida terrible cuando Minerva se fue, y más de aquella manera. Sentí que se me iba una AMIGA en mayúsculas. No sé si estaba enferma, ni la envenenaron... ni quiero saberlo. Minerva fue mucho más especial que todos los otros perros. Teníamos una relación especial, conmigo jugaba, me saltaba, me pasaba mucho rato acariciandola... y jamás me mordió ni se me volvió ni nada por el estilo. En cambio había otras personas a las que no podía ni verlas jejeje.
Quien tenga perro sabe lo que se siente. La echo de menos una barbaridad... Jamás entenderé cómo podía ser tan buena y ser tan fiel, si tampoco nos veíamos todos los días.


Poco me temo que por desgracia, otro AMGO se me va a ir en poco tiempo.


Os dejo una foto de Minerva.


Edurne (Edi)

2 comentarios:

Luis y Mª Jesús dijo...

La fidelidad de los perros es increíble. El abuelo de Luis llevó el perro a cas de su hijo a muchos kilómetros y e pobre animal, que echaba de menos a su amo se escapó, pero al cabo de unos días apareció en la casa del abuelo. Fiel y listo ¿verdad?.
Besos

Anónimo dijo...

tienes razón edi, el perro es el mejor amigo del hombre. Si no fíjate en Rocki, por más que le hago rabiar él siempre está ahí, moviendo el minúsculo rabillo que tiene y acercándose a tí tantos en los momentos buenos como malos.
Ese es mi rocki al que quiero como un hermano y un amigo.
TXUKI