25 de noviembre de 2009

Carta a Mariela

Querida Mariela,


Hoy debería haber nacido mi primita Luna, o al menos hoy salía de cuentas su madre. Se ve que se resiste, como también lo hizo su hermano. Así que calculo que en 4 o 5 días la tendré en brazos. ¿Será que tiene miedo de vivir? ¿Tendrá miedo del mundo? Yo le enseñaré a que no lo tenga, la vida es un regalo.


Pero hoy tenemos otra celebración, Mariela cumple 19 años.


Hablar de Mariela es como darme un pequeño pellizquito en el corazón. Nos conocimos porque quise saber su opinión ante una decisión que yo iba a tomar, decisión que ella había tomado anteriormente. Ya desde ahí me daba todo su apoyo y me animaba a conseguir lo que quisiese. Ese día surgió algo entre las dos, una especie de "lazo" que nos unió, un "lazo" de amistad que ha podido con la distancia y el tiempo.


Cuando pienso que tengo la suerte de ser amiga de Mariela, dudo si merezco esa suerte o no. Mariela es esa persona que al mínimo detalle que le hagas, bien sea un sms, un comentario, una llamada... te lo agradece enormemente, y con la mejor sonrisa que tiene. Porque otra cosa igual Mariela no tiene, pero sonrisas las tiene para todos.


Con Mariela me he convencido de que la distancia no es el olvido. Citaba antes lo del pellizquito en el corazón, porque a los pocos meses de conocer a Mariela, cuando ya la quería como a nadie y cuando ya era alguien muy importante en mi vida, recibí su llamada diciendome que se mudaba a vivir a una ciudad en la otra parte del país. ¡Zas! Pellizquito.


No sé cuántos kilómetros habrá desde donde ella vive hasta Vitoria, muchos, pero muchos más que lo parecen porque sé que si estuviese aquí, no podría sentirme sola ni un instante, y tendría junto a mí a alguien que cree más en mí que yo misma, que sabe que las cosas me saldrán bien, que sabe que conseguiré todo lo que me proponga, que en mí hay una gran persona que ni yo misma soy capaz de ver. Pero aún en la distancia, hace mucho más que algunos que están a mi lado.


En definitiva. Que cada día doy gracias a Dios por hacer que Mariela se cruzase en mi vida, y que espero que no termine nunca ese cruce, porque es de las personas más importantes de mi vida, la aprecio enormemente, y ha demostrado ser una amiga escepcional.


¡Feliz cumpleaños pequeña! Disfruta mucho del día y te deseo toda la suerte del mundo para este año y todos los siguientes, que sé que te irá todo genial y espero verte pronto. Te quiere,


Edurne (Edi)


1 comentario:

Elenilla dijo...

Que casualidad! Yo también voy a tener un sobrinito nuevo! Voy a ser la madrina y se va a llamar Pablo. Se ve que como tu Lunita, está muy bien en la tripa de su madre porque no quiere salir!

Da gusto que en el mundo haya personas como Mariela. Que pena que la mandasen tan lejos, no? Como tú dices, el hecho de vvir lejos no significa el fin de la amistad, yo tengo una amiga en Donosti y otra en Fuerteventura, y yo en Madrid.

Besos