23 de enero de 2011

Carta a un mini-relato

Querido Mini-Relato,

Elena jamás buscó. No necesitó. Ella era su vida. Teté. Una muñeca de porcelana. Elena podía pasar horas con Teté. Peinándola, cambiandole la ropa, pintándola. Pero quien dice horas, dice días y dice años. Un enorme vacío, blanco o negro, existía si Teté no estaba con ella. Teté era sonrisa, era aventuras, era soledad y a la vez compañía, era de noche, de día. Ella era todo, era vida.

Incontables eran las horas que podía pasar Elena sentada en el suelo jugando con Teté. Ni los relojes poseían horas para contar ese tiempo, que poco a poco dejó de correr para convertirse en algo ya recorrido. Elena vivía sentada en el suelo, con Teté entre sus manos, situada entre altas montañas.

Ana se las encontró en su camino. Las observó jugar, pero no las comprendió. Entonces siguió su escalada hacia lo más alto de una montaña. Sara tropezó con ellas en su camino hacia la montaña, pero apenas sí volvió la cara para ver si estaban bien. Sabía que las había herido del golpe, pero detenerse para comprobar su bienestar le retrasaría en su exitoso camino hacia la cumbre. Alberto les pisó, y les hizo daño. No vio a Elena y su muñeca Teté, eran demasiado pequeñas en el suelo comparado con las altas montañas que había cerca para ser escarpadas.

Y allí abajo, permaneció Elena, dolorida por quienes la golpearon camino al éxito, sin importarles ni entender la felicidad de quien encontraba su mundo en una muñeca llamada Teté. Quizás, después de todo, en la cumbre de una montaña no existía el éxito ni la felicidad que Elena encontraba allí abajo.


Edurne (Edi)

1 comentario:

Luis y Mª Jesús dijo...

Hola Edurne:
Tienes razón. Esta bronquitis, que ya dura más de un mes me tiene machacada y no llego ni a las obligaciones.
Estoy agotada y, como respiro mal, no duermo. Ya ves, son las cinco de la mañana y aprovecho para darte un beso.
s absurdo el ritmo de vida que llevamos y que nos convierte en Ana, Sara y Alberto, incapaces de ver a Elena y Teté en el suelo y jugar con ellas.
Un besazo