31 de enero de 2012

Carta a una Parte

Querida Parte,

Ahora, mis queridos lectores, viene la parte en la que me olvido de aquellos que no merecen ninguna presencia. Porque no es necesario escuchar diariamente frases compradas a precio barato para sentir que las ocasiones en las que uno está sólo son menos que escasas, que un hombro en el que apoyarse no es necesario si existe una mano que te empuja por detrás sin ser vista, y que hay silencios que llenan más que palabras ya escuchadas. El cajón del olvido siempre está más vacío de lo que debería, pero hay veces en las que se debe cerrar se cajón con una patada en el pomo.


Edurne (Edi)

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